Cocina sin secretos con trato y entorno muy agradable

Ya habíamos acudido a este restaurante en otras ocasiones y nuevamente no nos defraudó. El servicio no te persigue a lo largo de la comida pero son muy atentos y simpaticos, la mesa redonda ha sido de excepción, eramos dos con un cochecito y todo han sido atenciones ... de aperitivo unas patatas chips deliciosas servidas en un cucurucho de papel, pan riquisimo con buen aceite de oliva ... si, no es nada del otro mundo pero estaba muy bueno. Las raciones son muy generosas y para poner un pero la sacher de postre nos la han servido en un vaso. De primero croquetas de cocido (muy buenas) y luego carrilleras de ternera guisadas ( riquísimas), escudella y carn d'olla ( plato único, muy buena, con todos los ingredientes tradicionales ), acompañado de un ramon bilbao crianza muy agradable. Si cabe añadir alguna virtud no conozco restaurantes en que la relacion calidad precio este tan ajustada, 50€ vino incluido.