En zona centro de Majadahonda pueblo, en la animada plaza donde comienza la Gran Vía.
Me lo recomendó un gran amigo varias veces pero lo habíamos desechado hasta ahora por el gran inconveniente que tiene: no admiten reservas (aunque una vez ahí nos enteramos de que sí que reservan pero sólo a primera hora y si eres muy puntual...)
En esta ocasión, como era un miércoles “tonto”, era pronto y no teníamos nada planificado, nos pasamos por ahí a dar una vuelta y dado que había sitio, nos quedamos. En 5 minutos se llenó. Madrid tiene algo especial: los sitios que funcionan… ni crisis ni nada que les afecte, da igual que sea lunes que viernes, siempre llenos.
Tiene una agradable terraza en la entrada, que da a la mencionada plaza, y al fondo, tras pasar por el pasillo que deja la barra, llegas a la sala. Un poco oscura, rústica, con estudiados manteles a cuadros que le confieren un aire hogareño.
Cocina de mercado con carta bastante variada.
Pedimos para compartir:
• Anchoas y boquerones con tomate rallado. Bien los boquerones, aceptables las anchoas y delicioso el tomate rallado.
• Calçots. No teníamos que haberlos pedido pero había un comensal que no los había probado nunca y… No estaban malos pero ¿qué hacemos pidiendo calçots en Majadahonda? La salsa romescu, muy mejorable.
• Huevos de rotos de corral con hongos y foie. Había que excavar para encontrar las patatas, que aparecían tras pasar capas de hongos, foie y huevo…. Pero ahí estaban y no eran pocas que digamos. Eran como unas paja pelín más gruesas, crujientes, y conformaba un bocado considerable con la combinación citada.
• Presa. Jugosa y sabrosa.
Bien, cenamos bien, además destacable la generosidad de las raciones.
Carta de vinos correcta, le preguntamos si tenían algo por copas y lo tenían, bravo, y tomamos una par de copas de un godellito alegre, A Coroa 2011 y para la carne una de Sembro 2011, un ribera que está en buena forma en estos momentos.
Servicio agradable.
Es bueno saberlo dado que nos movemos bastante por la zona. Y en referente a los calçots pues que quieres que te diga, si la materia prima es excelente y saben prepararlo como Dios manda no creo que haya tampoco tanta diferencia. No obstante al haber acabado ya la temporada lo que queda ya no es precisamente de mucha calidad.
Saludos
Leí tu comentario de Lavinia de Majadahonda, lo tengo pendiente...
Lo de lo calçots... yo me autoimpuse hace años una norma: "No comer productos típicos de una zona fuera de ella"
Saludos
Totalmente cierto lo que comentas de los sitios que funcionan en Madrid, siempre llenos, eso sí, la alegría no les dura demasiado porque la cosa va por barrios. Pronto se acaba la moda de ése y se pasa al siguiente.
Sí es cierto, pero hay algunos como éste o Lucio... que aguantan y aguantan...
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