En la zona céntrica de Pozuelo, detrás de la iglesia, se localiza este restaurante de corte moderno, decorado en tonos blancos y ocres, con un ambiente cálido y distinguido. Un penetrante aroma de vainilla reina por todas las estancias.
Tiene una terraza alargada a la entrada, y pese a que chispeaba y hacía fresquillo, estaba tan apetecible, con su cubierta, sus estufas-columna de gas, su manta en cada silla… que nos acomodamos ahí.
Cocina mediterránea, trabajadita en ocasiones.
Dispone de una carta extensa, muy enfocada al picoteo.
Éramos un grupo de siete amigos y tomamos, todo al centro:
• Ensalada de tomate “pata negra” con cebolleta fresca. Correcto tomate, mejor la cebolla.
• Tosta de perdiz escabechada y pimientos asados. Bien ejecutada esta tosta.
• Revuelto de morcilla con manzana asada y piñones. Hay que ver que buenos revueltos de morcilla hacen en Pozuelo. En este caso el ingrediente-detonante estaba claro: comino.
• Huevos estrellados con chanquetes. Logrado. Los chanquetillos parecían fusionados con el huevo.
• Secreto ibérico con emulsión de piquillos. Bien, trinchado en tiras, acertado punto de cocción.
• Albóndigas de rabo de toro y morcillo. El plato de la noche. Soberbias. Jugosas, sabrosas, con un punto semi-gelatinoso… Ufff!. Nos las sirvieron individualmente, una albóndiga de buen porte por cabeza.
• Variadito de tartas: tiramisú, sultana de coco, trufas de mascarpone. Se dejaban comer.
Carta de vinos y trato de los mismos aceptable. Hicimos un recorrido blanquista por la geografía española. Comenzamos en León para el aperitivo, con ese dulzor del Luna Beberide Gewürztraminer, nos paseamos por Galicia gran parte de la cena con un Guitián Godello, y coronamos la velada en Navarra con un Gran Feudo Chardonnay.
Servicio profesional, cercano.
En resumen, una satisfactoria experiencia gastronómica. Cumplió perfectamente, pasamos una noche muy agradable.
Yo volveré, y a no mucho tardar, a por esas albóndigas de rabo y morcillo.
Me alegro! Buen homenaje!
Y los revueltos de morcilla... son el plato estrella de la semana? Tú en un par de ocasiones y nosotros en La Cigrona y hoy también para comer. Pero es que está tan bueno que yo siempre pico...
Pues fíjate que yo no los pido nunca, me cansaron cuando se pusieron de moda. Aquí como íbamos en grupo,m pues había que amoldarse. Y... ¡vaya sorpresas!
En Zamora creo que trabajan bien la morcilla... Jaja
Huy, que ya empezamos con cuestiones de género. Antes de meterme en un jardín yo solito...prefiero retirarme a tiempo.
Por cierto, decirte que tengo agujetas en las muñecas de escurrir "cienes y cienes" de toallas anoche, con eso te lo digo tó.
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