Ubicado dentro de un hotel rural en la sierra montillana. De acceso bastante complicado incluso con el GPS, Google Maps y la ayuda de una señora que, por fortuna, encontramos en la casi desierta carretera secundaria por donde se accede. Recomiendo encomendarse a San Francisco Solano, patrón de Montilla, y echar un vistazo al plano de situación de su página web antes de ir: http://www.haciendalavereda.es/index.php?page=4
Decoración rústica. Mesas con buena separación y bien vestidas. Sillones muy cómodos. Menaje correcto. Servicio muy amable y atento. Carta bastante completa con predominio de recetas de la zona. También dispone de una carta de raciones y medias raciones. Recomiendo probar los "crispines", típicos de Montilla. No vi la carta de vinos. Disponen de vinos de elaboración propia. Importante: Se está fresquito un mediodía de agosto.
Almuerzo familiar que empezó con una refrescante ración de salpicón de marisco (7,-€) y un contundente revuelto de patatas con chorizo (6,50€).
Seguimos con el mejor solomillo de ternera (15,20€) a la plancha que he probado por la zona, acompañado de una guarnición de sabrosas verduras braseadas, y un irregular surtido de ibéricos a la brasa (12,50€/pax) compuesto de dos piezas de presa, secreto, prueba (mini-hamburguesa de masa de chorizo), butifarra, pinchito y solomillo, correcto sin más en conjunto y con una pobre guarnición de patatas fritas de las precocinadas.
De postre, un par de rajas de un melón (1,-€/ud.) bastante bueno.
Las raciones son generosas. Las presentaciones, sencillas. Las guarniciones, mejorables.
Para beber, un par de botellas de agua de 1,5 l. (1,80€/ud.), un zumo (1,50€), un refresco (1,50€), 3 copas generosas de vino de tinaja (1,-€/ud.) servidas a buena temperatura en catavinos sencillos y un café con leche (1,30€).
Precioso enclave. Buen lugar para ir a mediodía. Por la noche, sólo si se conoce el camino de memoria.
Un aviso: no les funcionó el TPV y tuvimos que pagar en efectivo... Teniendo en cuenta que el cajero más cercano está a unos 20 minutos en coche por una carretera bastante estrecha, mejor ser previsor.
El precio corresponde a lo que tomé yo. Ahora que ya sabemos ir, volveremos :-)
Además de esta carta, hay otra con raciones y medias raciones.
Por lo que nos contaron, era el 4º terminal en pocos meses. La dueña estaba que se subía por las paredes... Les expliqué qué era una "bacaladera" por si les podía servir en el futuro. Espero que puedan resolver el problema, ya que pagar una estancia en el hotel en efectivo puede resultar bastante más complicado. Salvo este contratiempo y el tema de las patatas precocinadas, fue una visita muy agradable :-)
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