Manteniendo el onírico diseño pasadamente inaugurado como Arrop, me encuentro nuevamente en este agradable restaurante, ubicado en una de las zonas más bellas de Valencia y tal vez menos descubierta y visitada, aunque el hecho de tener ahora encima del restaurante el CARO HOTEL, le siente muy bien al restaurante.
Desde luego, nada que ver con su anterior cometido, Camarena nunca fue barato y aprovecho y se aprovecho mucho de las circunstancias, demasiado peregrinaje a una meca gastronómica tiznada de esnobismo.
Lo primero que me produce una agradable sonrisa, es leer un existente menú ejecutivo por 19€, que vaya temiéndole Mardeavellanas, que dicho sea de paso, no está lejos, lo segundo es comprobar que su carta de vinos es contenida, grande en oferta y nada pretenciosa, lo cual ayuda al disfrute de lo que vas a degustar.
Un servicio muy correcto, amable y profesional, correctísima vajilla, cubertería y cristalería, con atención al servicio de vino, tanto en conservación como en su servicio posterior.
En esta ocasión no tomamos el menú, nos decantamos por unas ensaladas fantásticamente aliñadas, aunque por su simpleza algunos no le confieran importancia, la Cesar estaba de categoría, para rematar con un entrecot de ternera de Toledo que se evaporaba en boca, que acompañado de un caldo llamado La Perdición, muy recomendable, hizo que la comida nos pareciera un lujazo.
Enhorabuena a la gestión del lugar, al personal de sala y al gusto por haber reinaugurado un local tan emblemático.
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