Pequeño local situado en el barrio viejo de Barcelona. Con un menú de 19 euros al mediodía que esta francamente bien. Bodega correcta, e incluso el vino de la casa, un navarro Cruceta, desconocido para mí, pero que combinaba bien con el menú que pedí. Los platos que comimos estaban excelentes, el potaje de garbanzos con acelgas, el steak tartar puesto en el menú, por cierto exquisito. Es un restaurante excepcional. Trato inmejorable. Calidad increíble y relación calidad precio fenomenal. Los amantes del steak tartar tiene en este restaurante una buena opción en Barcelona y si lo que se prefiere es una buena merluza de calidad, no os la perdáis.
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