Uno de mis favoritos

Soy habitual de este restaurante desde que lo abrieron en abril de 2011, vivo a dos minutos andando.
En verano es necesario reservar, sobretodo los fines de semana. En invierno, debido a su situación geográfica (pequeño pueblo de playa), se ven obligados a reducir su horario, siendo solo posible ir a cenar el viernes y/o el sábado por la noche, aunque se puede ir a comer todos los días, menos lunes que cierran.
Todos los platos de la carta son excelentes, por lo que se puede ir a menudo sin aburrirse de comer siempre lo mismo, al menos en mi caso. Se come a la carta, sus platos te permiten hacer tu propio menú degustación. La carta de vinos es corta, pero suficiente si no eres gran entendido en la materia. Tiene una gran selección de ginebras y nunca te invitan a abandonar el restaurante por muy tarde que sea, cosa que se agradece y más en verano.
Los arroces los hacen buenísimos, sobretodo el arroz con carabineros y tirabeques y también la paella.
Algunos de los platos que más pido: Carpaccio de Carabineros, Sorta de Gambas con Crema de Erizo, 'Patata, Huevo, Ceps y Foie' (este plato es brutal), Boquerones con Berenjena Ahumada y Pesto, Mini Hamburguesa de Blanco y Negro y Alcachofas rellenas de Brandada de Bacalao y Crema de Piquillo.
El postre que más me gusta es la espuma de yogur con chocolate blanco y mermelada de arándanos.
El local es amplio, las mesas también y dispone de terraza.
Me parece que la RCP es muy buena, sin vino puedes cenar por 25€/pax habiendo comido muy bien.
La atención es excelente.