La visita gastronómica estrella de nuestro veraneo en Euskadi era en esta ocasión Mirador de Ulía. Desde que vimos el reportaje de Objetivo Euskadi “Restaurantes con estrella” nos apeteció, y mucho, conocer la cocina de Rubén Trincado y más en un escenario tan fantástico. Efectivamente, como su nombre indica, el restaurante es un verdadero mirador situado en el monte Ulía desde el que se puede disfrutar de sensacionales vistas tanto de San Sebastian como de la infinidad del mar. Llegar al comedor y situarse en la mesa frente a un ventanal con tan maravillosas vistas te predispone a disfrutar de la experiencia gastronómica. Mesa bien vestida y equipada, buena separación entre mesas y servicio atento y cercano. Nos decantamos por el extenso menú degustación (70 + IVA). Como siempre me cuesta recordar al detalle cada una de las creaciones, entre la memoria y la web he intentado reconstruir el menú:
Comenzamos la comida con dos aperitivos:
infusión de atún y crema de esparragos, buen inicio.
falso huevo de chistorra i pil pil con jamón y patatas, fantástico.
Seguimos con cuatro entrantes:
Tatin de foie, brioche con sorbete de piña y trazo de cacao, buena combinación si bien el foie no me va demasiado.
piparras rellenas de anchoa con diferentes texturas de aceituna. Me gustó mucho.
Atún con aguacate y emulsión de tomate. Muy bueno.
Hongo en su ambiente con trufa rallada. Muy bueno
Platos:
Pescado del día, mero con flor de calabacín. Pescado excelente.
Pato de caserio dos cocciones con osmosis de manzana, sobre brazo de praliné y frutos secos.Bueno
Postres:
prepostre, helado de mango sobre galleta, acompañado de chupito de sandia. Buena forma de introducir los postres
texturas de chocolate con frambuesa y petazetas bañados en oro. Sensacional.
Tarta desestructurada de queso con sopa fría de frambuesa y remolacha. Muy bueno.
Los panes que acompañaron la comida también muy buenos, especialmente el de pasas y nueces y el de cebolla.
La carta de vinos no es demasiado extensa pero con precios muy razonables, tomamos un riesling Dr Loosen trocken (14+IVA) y para cerrar la comida un botellita de 3/8 de Protos (9+IVA)). Buen servicio del vino.
Para finalizar café con su correspondiente trufita de chocolate.
La verdad es que disfrutamos mucho de la experiencia, largo menú que se extiende durante más de dos horas y que combina fantásticamente con las sensaciones que genera el entorno, buen trato del producto, buena técnica y buena conducción del menú, con ingredientes que, a mi entender, más que repetirse acompañan el desarrollo de la comida. Tuvimos la oportunidad de saludar y felicitar al
chef, se mostró muy amable y simpático, detalle a agradecer. Sin duda salimos muy satisfechos de la experiencia.