Muy interesante propuesta, a ir

Sábado noche, mesa para tres. Local agradable y sencillo, no pretencioso y bien decorado para disfrutar de la comida, sin alardes, con el aire no demasiado fuerte (se agradece). Comedor con otras dos mesas ocupadas, sorprendentemente turistas. El chef nos dijo al final de la cena que estaban muy bien posicionados en Tripadvisor y por eso recibían bastantes turistas en verano, cosa de la que me alegro. Mantelería bien, cubertería bien, vasos y copas normalillos, algo por debajo de lo demás. Demasiado gruesos, aunque correctos, permiten disfrutar el vino (más porque el servicio está por encima).

Vamos a lo que cuenta. La propuesta es simple: menú degustación cerrado por 30 euros (cuatro entrantes, carne o pescado a elegir, postre) + pan (1.5 por ración de tres cortadas generosas de diversos tipos y buena calidad, sobre todo el pan de cristal) + bebida. El menú está desde luego por encima del precio, cosa que solo se pueden permitir restringiendo tanto el abanico de posibilidades. Aperitivo: zanahorias baby en una crema de una verdura que no recuerdo con brotes, un crujiente terroso de remolacha y pimienta, muy sabroso y con una cierta reminiscencia (salvando las enormes distancias) al Bosque Animado de Dacosta. Falso carpaccio con esferificación de setas, sorprendente (no diré más para no fastidiar la sorpresa). Ravioli de flor de calabaza con ricotta y espinacas en salsa de tomate, muy suave y bueno (estupendo el toque de la flor de ajo, si no recuerdo mal iba en este plato). Cocochas de bacalao con crujiente de piel de bacalao, muy buena materia prima bien ejecutada. Otro entrante que no alcanzo a recordar bien, así que no me parecería particularmente destacable. Elegí el pescado: pez ballesta en su perfecto punto en un caldo suave. El menos divertido de los platos, pero aún así bien ejecutado. En el postre tuvieron el detalle de sacarnos dos a compartir: la aparentemente famosa maceta de chocolate con una mousse de requesón y (creo) genjibre, que estaba muy buena, y un sorbete de varias fresas con lima que me pareció delicioso, aunque he de confesar que siento debilidad por los postres ligeros. Chupito de mistela casera cortesía de la casa para terminar.

Bebimos un Louro, godello, elegido por la camarera. Simplemente perfecto, y bien servido. Lástima no tener copas un pelín mejores. Respecto al servicio, inmejorable. Atento, profesional, cercano si el cliente así lo daba a entender, sin pausas entre platos, etc. El chef, Yelel, salió a saludarnos al terminar. Se le ve con ganas y yo creo que tiene potencial para llegar más lejos. Ánimo con ello. Yo pienso volver la próxima vez que esté por la ciudad.

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