Buena experiencia

Comida familiar de domingo. Nos apetecía pizza, así que brujuleando en Internet, vimos que en CASA MARCO de la calle Emillio Carrere (entre Vallehermoso y Galileo) hacían descuento reservando mediante una de las páginas web destinadas a dichos menesteres. Como habíamos oído hablar mucho de este restaurante y no lo conocíamos, reservamos y allí nos plantamos. Se trata de una sucursal del Casa Marco de la calle Gaztambide, pero con el valor añadido que aquí tienen pizzas y horno de leña. El restaurante es pequeño (unas 10 mesas), pero muy agradable y bien decorado, madera en tonos claros, lo que le da sensación de amplitud. A destacar la “mise en place” del comedor: cubiertos, mantelería, vajilla y copas de excelente calidad, lo que siempre es de agradecer. 2 adultos y una peque. “Focaccia” y “grisinis” con aceite de oliva para abrir boca mientras vino la comanda. De entrada una “provola con pommodoro”, que consiste en una rodaja de provolone al horno con salsa de tomate y pesto, sabrosa pero prescindible, pues se puede hacer en casa perfectamente sin tener ni idea de cocinar, y aquí te lo cobran bien cobrado. A continuación dos pizzas, una de jamón de york y salchicha para la peque, y otra “blanca” (sin tomate), de queso con speck . Las pizzas no estaban mal, el horno de leña les da un buen punto, aunque no me terminaron de convencer. No obstante tengo que reconocer que el problema es mío, pues desde que probé la pizza de Don Lisander ya no me gusta ninguna otra… También “papardelle” con boletus y trufa. Esto si me encantó, de las mejores pastas que he comido, los “papardelle” estaban perfectos de punto, los boletus con un salsa ligera pero bien trabada y para rematar unas láminas de trufa negra por encima cortadas al momento por el propio Marco. Un 10 para este plato, la próxima vez vuelvo a pedir pasta en vez de pizza. De postre un tartufo de chocolate negro helado, digestivo pero hubiéramos preferido algo más casero. Por indicación de Marco, pedimos para beber un vino blanco italiano, Pinot Grigio Cormons, muy rico, potente pero elegante, que maridó estupendamente con lo consumido. Cafés e invitación a chupitos de “limoncello”. El restaurante, a medio gas cuando entramos, acabó llenándose. Servicio muy atento, a nosotros nos atendió el propio Marco (ya saben lo dicen del ojo del amo…). Con el respectivo descuento por reservar por la web, la cuenta ascendió a 70 euros. RCP adecuada, volveremos.

Recomendado por 1 usuario

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar