Lujoso y caro

Ubicado dentro del Hotel La Mamounia, uno de los restaurantes más bonitos en los que he estado, con iluminación ténue, techos gigantescos, y decoración árabe, siguiendo el estilo de todo el conjunto. Es una sucursal de un conocido restaurante amalfitano, llamado "Don Alfonso", con dos estrellas Michelin. La presentación de la mesa es magnífica, con manteles de hilo, cubertería de plata y copas Schott. El servicio es atento y cuidado. La comida tiene una excelente presentación y una descripción rimbombante de cada uno de los platos, pero al final mucho ruido y pocas nueces. Tomamos un souffle de mozzarela que sabía poco, y una ensalada de langosta que bien podía haber sido un tempura de cualquier restaurante japonés medio. De segundo yo tomé unos spaguetti con tomate y carne que estaban buenos sin más. Otra persona tomó un osobuco de pescado magnífico, aunque desde luego, no, para los 50€ que costaba el plato. Calidad razonable si cada plato no sobrepasase los 15€, y no los 40-50€. El tiramisú estaba muy bueno, al "módico" precio de 18€. Buenos petit fours y unos tés moros para finalizar.
La carta de vinos, muy amplia con prevalencia de vinos franceses. La más hinchada que he visto jamás. Nos tomamos de aperitivo una copa de Deutz blanco, y para comer, un Alain Graillot Hermitage 2007 a unos 150€!!!!. Fue muy complicado encontrar un vino que no estuviera multiplicado por siete. Perdón, sí lo encontré; un DRC 1996 A 22650€, lo malo es que en ese momento no llevaba tanto en la cartera. 100€ PAX sin vino.
No lo recomiendo.