Efectivamente, un clásico de la zona. La experiencia de comer en La Gola es mejor de lo que la apariencia del lugar da a pensar. Sin embargo, que nadie imagine un lugar horrible: sobre todo si se puede comer en el exterior es muy agradable.
Además, tiene una piscina que hace las delicias de los más pequeños (y deja tranquilos a los padres...)
Comimos cuatro adultos y un niño, todo a compartir:
-Dos ensaladas de tomate con ventresca de atún con una vinagreta espesa muy buena: 7,5
-Calamares a la andaluza: 8 (cero aceite)
-Gambas pequeñas de Palamós al ajillo (sin pelar): 7
-Arroz con cabra de mar para tres (una de sus especialidades): 8
Doblamos cafés y yo me tomé un GT
La camarera muy simpática.
El dueño tiene un humor variable y eres tratado según este factor.En esta última visita, tenía el día bueno.
Excepcionalmente, hubo un error grave con el arroz (parece que se equivocaron de mesa y lo llevaron a otra que descubrió que no era el suyo cuando ya lo había probado...) que nos hizo esperar mucho entre plato y plato. Mucho: tal vez 3/4 de hora. A parte de la simpatía y de las diculpas, ni medio detalle (ni la segunda botella de blanco que cayó, ni los segundos cafés.....NADA).
Sin embargo, en términos globales es recomendable porque el producto es bueno y está bien tratado.
Por cierto, completamente de acuerdo en que los mejillones son especialmente buenos y en que los postres son su punto débil.
En la valoración de la comida, si hubiese una opción intermedia entre la buena y la muy buena, en este caso la utilizaría