Comer en Portugal y sobre todo en Lisboa es sinónimo de comer bacalhau como en Valencia es comer paella, pero eso hace dificil (competencia manda) comer bien el plato estrella. Sin duda aquí es uno de los mejores sitios.
No insistiré en las características del local bien descritas en el anterior comentario, solo diré que se mantienen con el paso del tiempo. Mucha amabilidad en la entrada ante un problema de ampliacion de reserva porque el locl estaba comoletamente lleno (el problema fundamental era la falta de sillas por lo que hubo que aprovechar el banco junto a ventanales); sobre todo los clientes son gente local, muchas familias, puesto que su lejanía del centro hace obligatorio el desplazamiento en coche y no está cercano a ningún interés turístico.
Sobre la mesa mantequilla, buen pan y agua Vitalis. Arrancamos con unas buenas cervezas Super bock. La carta de comidas no es tamamplia en formas de bacalao como se anuncia en la web pero hayopciones de sobra para venir varias vbeces sin repetir. El servicio en sala arrancó muy lento, quizás porque fuimos los últimos en llegar y la cocina no daba tiempo a todos los pedidos, y una vez empezamos, mejoró mucho la cadencia de platos.
Compartimos al centro todo para los 5 y nos fuimos más a compartir segundos que primeros y nos encontramos que las raciones de los segundos eran raciones amplias para dos personas (35-40€ para dos), llegando a sobran de casi todo.. Asombroso en nuestyro grupo. lo comido:
. croquetass de bacalao: buen tamaño, mucho sabor a bacalao y ,menos a patata
. torta de camarones: no tan crujientes como las andaluzas, pero bien de sabor y punto de aceite
. cataplana de bacalao coin camarones: de lo mejor. Casi puede ser plato único para dos personas: muy buenas piezas de bacalao, buen punto, bien de guiso y de fondo, buena presencia de camarones. Muy recomendable.
. arroz de bacalao: de nuevo buenos trozos de buen bacalao, arroz sin pasarse de punto, bien de sabor. Bueno
. bacalao a la brasa con batata a murro: buenos lomos, bien de ounto de fuego aunque un poco seco. Bueno pero esperábamos fuera el mejor y no lo fué.
Todos los bacalaos servidos en cazuelas propias que da unas sensaciones de elaboración casera que lo hace aún más apetecibles. El hecho a la brasa se remató con fuego en la mesa ganado espectacularidad.
No llegamos a los postres pero la tentación nos superó y probamos dos de ellos y lo rematamos con un moscatel Alhambre 2012 de JM Fonseca y ante nuestros comentarios y la falta de una copa para un come3nsal nos obsequió con algo muy especial: una copa de Carcavelos Villa Oeiras un generoso que podría competir con buenos andaluces y salir vistorioso. Lo tomado fue u par de:
. creme rico queimado: una esppecie de crema catalana envuekta en un hojaldreado. Gustó
. mousse de chocolate con helado de pistacho: presentación en un vaso, más básica pero bien de sabor.
La carta de vinos merece la pena un tiempo de dedicación es amplia, variada en precios, muchos vinos locales pero también foráneos; te puedes dejar aconsejar. El servicio perfecto de inicio aunque luego el éxito de afluencia dificulta el servicio posterior que en ningún casoaprieta para aumentar el consumo. Buenas copas. El elegido fue Vila Santa reserva 2015 muy fresco y muy interesantes. Rermatamos los principales con Vértice gran reserva 2013 del Duero que también gustó bastante.
Misión cumplida: la casa del bacalao cumplió expectativas. Merecerá siempre una visita cuando haya que comer bacalao en Lisboa. Y eso es mucho.