Santa paciencia...

No sé si decir que es el mejor restaurante del pueblo despistará... pero lo es. Tampoco es que haya más para elegir.

Situado a la entrada del pueblo viniendo desde la autovía, a continuación de la gasolinera. Local de reciente construcción con salón para eventos y, sinceramente, mucho mejor para tapear que para una comida formal. Decoración rústica con toques modernos (sigh!!!) Restaurante de pueblo, pueblo. Lujos, ninguno. Protocolo, cero. El tema de los vinos... mejor obviarlo. En fin, si alguien no tiene más remedio que comer por ahí...

Tienen una carta cortísima, donde también incluyen las tapas y los vinos. El menú de 15 euros del fin de semana se convierte en un menú de 18 euros en fiestas... sin previo aviso. Consta de un surtido de ibéricos, 3 platos a elegir de primero y otros tantos de segundo, algunos postres y el pan y la bebida... Pues eso... igual se entiende mejor si digo que está en el pueblo de mi suegra...

Dispone de un pequeño parque infantil y una terraza sólo apta para la noche.

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