Pues sí que es una sorpresa, porque visto desde fuera, no parece nada del otro mundo, pero se come muy rico, todo lo que he probado me ha encantado, además de tener buenos vinos (esos Calventes no hay que perdérselos, tanto los tintos como el blanco). Uno de mis sitios favoritos para el invierno.
Y las berenjenas fritas con miel de caña, una cosa única!