Una estrella en el Delta

Local situado en las afueras de la población con un exterior ajardinado capaz de albergar algún evento, en fase de acabando de construirse y cercano a la cantera. En el interior un comedor con mesas separadas muy bien vestidas, buenas copas, vajilla y cubertería; iluminación buena en mesas y algo baja en el resto del comedor.

La atención en sala fue muy académica, con explicaciones (muy necesarias) suficientes. El ritmo de servicio muy adecuado incluso hubo una pausa (maldito teléfono) obligada y volvieron los platos a cocina para mantenerse atemperados. El servicio de vino siempre con buen servicio, sin apretar, servido y mantenido a buena temperatura; también servicio de agua en copa constante. La carta de vinos que ha preparado Carmen Sauch. sommelier profesional, es muy muy amplia con hasta 42 páginas de vinos para elegir, muy variada y con precios de mercado.

En el apartado de comidas es una cocina con producto de proximidad, enraizada en la zona, con una elaboración creativa y gustando del juego del trampantojo en una medida que a algunos puede saturar y a otros gustar; creo que está en un punto medio plus. En cuanto a sabores y para mi gusto está en un buen punto, pero es por aquí por donde puede y debe crecer, si bien es cierto que este punto conllevará un aumento del precio, actualmente muy comedido porque utiliza producto que aquí, en el Delta, puede ser más asequible, pero que en una gran ciudad sería inviable, a no ser que se duplicara el precio del menú. Así se lo comenté ya que, a  lo largo de la comida, el chef Jeroni Castella, visitó una por una todas las mesas, en diferentes momentos, aceptando los comentarios casi siempre positivos pero también con algunos menos positivos.

Tiene una carta de comidas al uso, también un menú básico (fuera de festivos y vísperas) llamado Herencia (36.50€), pero la mayoría de los comensales vamos a por uno de las dos opciones de menú: el degustación llamado "Espectáculo" (80€) con 20 entradas (ver su web que merece la pena) que es el que en estos momento está en la fase creativa. La otra opción es el menú de clásicos llamado "El camino que hemos hecho" (85€) en el que te encuentras con diferentes creativas a lo largo de su dilatada vida de 25 años, cuyo aniversario se cumple ahora.

Dos para comer y celebrar aniversario y también compartir el largo camino recorrido que a nivel gestronómico tenía la siguiente composición y disfrute:

. Empezamos por el final: 

     - ¡¡¡Camarero la cuenta...: en un cofre nos traen la cuenta en papel comestible y con tinta comestible

. Dos chuches y el postre (2011): consistente en:

     - piruleta de aceite de los olivos milenarios de Ulldecona y sal del Delta del Ebro

     - gominola de vinagre de la Terra Alta "mercé del mescal"

     - cucurucho de aceituna negra con helado de tomate

. Café, copa y puro (2011): muy vistoso y bien conseguido y presentado

     - capuchino de alcachofas de Benicarló y avellanas: tampantojo de un café capuchino con su espuma y todo

     - copa de caldo de verduras al Whisky: servido desde de una botella de Cardú, consiguiendo un color similar al propio licor y servido en copa de licor (tipo cognac).

     - puro de pìmiento verde y mousse de puerro: de nuevo trampantojo servido sobre un cenicero y con una vitola (no comestible); muy crujiente.

. El aperitivo:

     - Tapa variada y vermut-gelé de vermut de Ulldecona, helado de aceitunas rellenas y aire de mejillones en escabeche (2014): servido en copa de vermut. El sabor es mejorable porque la presencia de mejillones dentro del vermút lo desborda.

     - Aceitunas hechas de aceite (2014): muy agradables para comer de un bocado

... Ahora ya podemos empezar a comer:

     - Ensalada de gamba roja de Tarragona en mosaico de verduras y tomate (2014): estético plato en el que el aire que lleva no aporta nada

     - El Delta del Ebro (2009): con aire de hinojo y gelatina verde de un fumet. Un sabor y textura complicado. No me gustó nada de nada esa gelatina y, de nuevo, la presencia de un aire que le quita estética.

     - La caballa con angulas (2009): uno de los mejores platos por la calidad del producto, su cercanía y donde predomina la cocina sobre la estética. Muy destacable.

     - Pepino de mar, pil pil de bacalao y plancton (2017): lleva ajo fileteado y tiene un punto picante por encima de la tolerancia media, pero d enuevo un plato de muy buena cocina y sabor.

     - Canelones de sepia rellenos de setas y langostinos (2001): en estética simula una butifarra (no es un trampantojo) y bien de sabor

     - Raya con suquet marinero (2013): destaca un crujiente por encima de su propio cartílago. Pura cocina y sabor. Muy destacable, tanto que lo mejor d etexturas y sabor.

     - Sopa de cebolla (2016): el huevo es un trampantojo de queso parmesano y zanahoria; se vierte la sopa a la que le falta potencia de sabor que quizás algo más de sal hubiera bastado; una vez puesta la sopa el trampantojo ya no tiene estética.

     - "All i pebre" de anguila (2007): un puré de all i pebre con la piel hecha a la llama: sobre un plato de cerámica extraordinario con espina de pescado en relieve, un destacable de la cocina en sabor y presencia; lástima de escasa ración.

     - Hot dog de atún de l´Ametlla de Mar (2015): con salsa de romescu en lugar de tomate, pan propio y la salchicha es un trampantojo de atún a la brasa; para cuadrar bien la simulación debería ser más alargado. Bien de sabor.

     - Mc Moles (2008): trampantojo de hamburguesa de Mc Donnals en la que ketchup y mostaza son mermeladas de tomate y pimiento amarillo puestas en pipietas individuales a modo de ración; la supuesta hamburguesa es foie y el pan, de elaboración propia, es pan de naranja y lo acomapañan de un vino dulce de vendimia tardía de garnacha (¿simula la Coca cola?). Se sirve dentro de una cajita a modo de Mc Auto con us patatas fritas pajas

     - Canelón crujiente de rabo de toro (2008): el canelón es de pure de boniato. Tan sabroso como escaso.

. Los Postres:

     - Los aromas del vino Les Moles crianza (2013): sobre media botella de cristal a modo de plato con regaliz, chuches etc.. que son los representantes de esos aromas de vinos de la zona. Me parece recordar que llevaba helado de vino.

     - Aceite (AOVE), vinagre, sal y pimienta (2017): cristales de aceite y vinagre balsámico con pan de especias y helado de pimienta con sal. Bien de sabor y texturas.

     - Macarrones a la boloñesa (2012): la salsa es fresa, el queso es nuez de macadamia rallada, el helado es de queso, el macarrçon es una solidifcación de miel bien logrados en su estética. La mezcla de los sabores integrantes del plato es complicada de asumir al comer todo junto.

     - Algarroba parece...plátano es (2016): una mousse de plátano con cubierta de manteca y cacao, la piedra es líquido de manzana verde; las hojas son reales y no se comen; muy bien conseguida la imagen de algarroba y menos pesada de sabor de lo que aparenta. Destacable.

. Un poco de aseo personal (equivalente a los petitis fours)

     - Un neceser (2010): está integrado por varios elementos en el que hay un pintalabios (por cierto creación aquí en 2010 y ahora en el menú de Jordi Cruz), la crema dental es menta, el cepillo de dientes es de galleta, crema de Nivea .... Un conjunto (y unas partes) que es una auténtica genialidad.

Todo ello estuvo acompañado de todo momento de una variedad de buenos panes con variedad de sabores: cebolla, sobrasada, aceite, sal, pimenta, nueces, pasas, etc... Demasiada tentación.

Para beber hizo falta agua, sin gas de Benasal, y un vino blanco compartido (hay que hacer cerretera) Trenzado de Suertes del Marqués, un blanco muy especial. Por supuesto unos buenos cafés, esta vez sí reales cafés.

La sensación final es de un lugar que merece mucho la pena conocer con una buena cocina con presentaciones en muchos momentos divertidas que te quitan el corsé y te hacen más cómplice de la cocina, con un producto de la zona de buen nivel y todo ello a un precio que está en el rango bajo de las estrellas Michelín españolas.