Restaurante que no está muy céntrico ni llama la atención por su elegancia, aunque se encuentra en un entorno muy tranquilo. Todo esto pierde importancia cuando compruebas que estás ante una cocina que tiene creatividad, buenas materias y elaboración.
Optamos por el menú degustación sorpresa a 45 euros (3 entrantes, pescado, carne, 2 postres, vino, café e IVA incluido). Al querer cambiar algún plato del menú, nos dejaron elegir casi a la carta. El vino también lo cambiamos por un Enate Syrah-shiraz (25 €, precio increíble y que al no tomar el del menú, nos cobraron media botella).
El menú consistió en Crema de coliflor con ibérico, Gazpacho, Ensalada de tacos salmón, Foie sobre dulce de melocotón y reducción de carne, Merluza en sopa de trigueros con almejas, Carrillera, Helado de Mango y Brownie con chocolate fundido. Todo perfecto, sabroso, bien presentado y abundante.
Servicio sencillo y agradable, Carta de vinos destacable y a muy buenos precios, copas correctas y servicio casi inexistente. Te invitan a un Rueda de inicio y a un Casa Ermita monastrell de postre. Petit fours de frutos secos, físalis, gominolas, bañado en chocolates. Nos encantó
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