Como un niño en Disneylandia ...

A raíz de un congreso celebrado en Barcelona (o quizá -sólo quizá- tomando éste como excusa para ir a Monvinic) procedo a reservar, con un mes de tiempo aproximadamente (fechas navideñas), una mesa para dos en este muy conocido -y no menos comentado- restaurante. Y la primera sorpresa -grata, por la profesionalidad que ello demuestra- fue la de una llamada por parte del personal del restaurante, una semana antes, para indicarnos que, ante la celebración de una degustación por parte de 40 personas, nos ofrecían uno de los salones privados de los que disponen; por supuesto, sin coste adicional alguno. Pues fenomenal!!! Allá que fuimos.

Y una vez llegados nos indican que la degustación se ha suspendido pero que, obviamente, nos ofrecen la posibilidad de optar por cualquiera de las dos posibilidades que existen: la de cenar en la sala “común” o la de hacerlo en el privado. Nos enseñan ambas y decidimos optar por la segunda, pues uno ya se había hecho la ilusión y, la verdad, lo cierto es que este último tenía mucho encanto.

Apuntado lo anterior, comencemos con el comentario propiamente dicho.

Ubicación y entorno: Innecesario hablar de su ubicación y de su entorno exterior (al lado del maravilloso Paseo de Gracia). En cuanto al entorno interior, bonita entrada, con la recepción/caja situada a la derecha. Pura modernidad desde el principio, iluminación adecuada, magnífica combinación de colores. Música de fondo (un punto elevada) de jazz, si bien más atenuada en la sala privada.

Mesas situadas a lo largo de un pasillo en donde se pueden degustar la infinidad de vinos que aquí tienen, y, al fondo, una amplia sala que, más que la propia de un restaurante, se asemeja (o así me lo pareció a mí) a una auténtica Aula de vinos. Algo tremendamente funcional. Mesas largas en las que se van disponiendo los servicios de los comensales. Limpieza absoluta. No obstante, y reconociendo que la sala es perfecta para un sitio donde el vino constituye el centro de gravedad y donde quienes van.. pues van a lo que van, a mi gusto adolece de un punto mínimo de impersonalidad. Aun así, el conjunto es de “chapeau” y, más todavía, cuando te pasan a una de las salas privadas

La que nosotros ocupamos se encontraba situada en paralelo al pasillo antes mencionado, se accede a través de unas puertas de cristal correderas tintadas que se abren de forma automática. El interior es relativamente amplio, con una mesa ovalada negra muy bonita y con motivos de decoración muy agradables (armario de madera vieja y gruesa con libros sobre la materia vinícola). Capacidad perfecta para 6 pax. Sillas amplias y cómodas. Iluminación justa, pero que dota al espacio de un ambiente propio para la concentración en lo que vas a comer y, sobre todo, a beber. La sala te aísla del resto del local, a excepción de la música.

Cubertería muy funcional, de corte moderno, y excelentes copas de vino. Buenas servilletas, sin que la mesa estuviera cubierta, pues no hubo mantel. Muy buena vajilla, blanca, con diversos diseños. Muy bien en general.

Servicio y servicio del vino: Permitidme que ahorre palabras. De 10. Perfecto, en las copas y los cambios de las mismas, en la temperatura de los vinos, en la explicación de los mismos, en el trato de los sumilleres, en los maridajes, en las posibilidades de elección, tanto en los vinos (esa Tablet!!), como en las diferentes medidas de servicio del mismo. 40 posibilidades de vinos por copas. Y el precio: más que aceptable para el sitio en el cual estás.

Comida:

Carta no excesivamente extensa, pero bien delimitada. 7 entrantes (entre 14 y 28 euros), 5 pescados (entre 20 y 43 euros), y 6 carnes (entre 20 y 41). Dado que se trataba de una cena, optamos por pedir uno de cada, a compartir entre mi mujer y yo, siendo las ½ raciones de un tamaño correcto. Los comento con el maridaje correspondiente.

Hubo un pequeño aperitivo consistente, de un lado, en una crema de remolacha con butifarra y, de otro, en un mejillón con brócoli y salsa tártara, resultando ambos aceptables (aunque mejor el primero). El mismo fue acompañado con 2 medias copas de un blanco esloveno -qué ricos son estos blancos!!- Jankovic (Rebula/Ribolla gialla) que abrió, con alegría y frescura -y un punto de complejidad-, el festival que vendría después (4 euros la ½ copa).

Continuamos con un ensaladas de boletus y butifarra negra muy fina. Bien conjuntados los ingredientes, y presentados bajo una capa de rúcula que dotaba al plato de un bonito colorido. Maridado con un tinto COS/Silicia Frappato 2012, juvenil, poderoso, pura fresa en boca y con un ligero especiado muy agradable (4 euros la ½ copa).

Pasamos al Suquet de pescado, no sin antes probar un excelente parmentier -cortesía del Maître-, el cual me devolvió a mi más tierna niñez y a los magníficos purés de patata que me hacía mi madre cuando no quería comer otra cosa. Excelente. En cuanto al suquet -cuyo ingrediente principal era un pescado llamado Dentón-, bien presentado, sobre una base de patata “al dente”, terminando la cocción en la propia salsa, con un punto de especiado muy agradable. Maridado con un Stella Bella australiano, chardonnay, 2009, ahumado y muy mineral aunque, para mi gusto, un tanto dulce (6,5 euros la ½ copa).

Finalizamos con una pequeña calabaza (para cada uno) rellena de fricassé de pato salvaje (y en el que apareció un pequeño perdigón). Bien concebida, sobre un caldo de carne, pero .... a mi entender algo falto de cocción, lo que le otorgaba una cierta “dureza” al continente que dificultaba la labor del comensal. Acompañado -de nuevo Australia- por un Wallace 2009 (Barrosa Valley), Shiraz-Garnacha, frutal y elegante (6,5 euros la ½ copa).

No había ganas de postre, ni siquiera de café... pero vinieron los petits fours -sencillos, 4 almendras garrapiñadas y 4 de té verde- pero, obviamente, el sitio se prestaba a seguir disfrutando, siquiera, un poquito más. Y como siempre he entendido que “para saber adónde se va, uno tiene que saber de dónde viene”, el broche final no podía ser otro que un retorno a los orígenes: a uno de esos vinos patrios que, sabido es, goza fama mundial (aunque muchos, para nuestra suerte, no lo sepan): los PX. Bastó, en este sentido, con acudir al Reserva de 1985 de Toro Albalá, para corroborar, una vez más, que para disfrutar de una de mis grandes pasiones no necesito ir muy lejos.

Todo por 113 euros. Lo que incluye -ya lo he dicho- un trato extraordinario, algunas lecciones de vino por parte de los sumilleres, una conversación muy agradable con Sergi de Meià, quien tuvo la enorme amabilidad de explicarnos todos los platos y de recomendarnos algunos restaurantes de su preferencia en Barcelona. Un detallazo. Al igual que la del menú impreso. Impecables a nivel relaciones públicas: un auténtico ejemplo de lo que debería ser, siempre, la restauración
Abrevio también el final: IMPRESCINDIBLE... Y, por supuesto, feliz año nuevo para todos!!.

  1. #1

    Obiwan Ferran

    Igual en enero, aprovechando una fiesta local del pueblo donde trabajo, me escapo para allá, como ya hice el año pasado. Por cierto magnífico comentario, enhorabuena por la experiencia! Saludos.

  2. #2

    Joaquin1965

    en respuesta a Obiwan Ferran
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    Hazlo sin dudarlo. Yo aunque fuera un día de diario, pero me cae un poco más lejos que a tí ;-). Muchas gracias. Saludos.

  3. #3

    Zizou81

    Espectacular critica, me han dado ganas de ir a cenar alli :-)

    He ido,un par de veces, pero unicamente a tomar vinos y un pica pica, pero en las butacas de la zona bar...

    El restaurante, lo veia un pelin caro para la "informalidad" del espacio, lo digo, como tu comentas por lomde las mesas largas, no se...

    Pero una sala de esas, que comentas, debe ser otro cantar.

  4. #4

    Abreunvinito

    Me ha encantado tu comentario incluso el titulo. Vistes la bodega??
    No has comentado nada del congreso (jejeje).
    Algo similar voy a hacer yo en enero en Madrid con final en DiverXO.
    Feliz año para ti tambien

  5. #5

    Jotayb

    Estupendo comentario compañero, me apunto este restaurante sin dudarlo.
    Un saludo.

  6. #6

    JaviValencia

    Enhorabuena por el disfrute y por la exposición aquí del mismo. Ese templo es visita obligada para todo amante del vino.

    Saludos

  7. #7

    Silan

    Enhorabuena por la experiencia y la redacción de misma. Sin lugar a dudas es un sitio para visitar tantas veces como uno pueda. Una excusa más para visitar la ciudad Condal.
    Saludos!

  8. #8

    Obiwan Ferran

    en respuesta a JaviValencia
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    Comemos allí el 22 de enero? A que no hay? :-P

  9. #9

    Joaquin1965

    en respuesta a Zizou81
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    Ve sin dudarlo. Y pide una sala, Ignoro si llevarán un añadido (lo mio, como comento, fue por el tema de la reserva de los 40 que luego no fueron). Yo desde luego volveré sin dudarlo, aunque sea para tomar algun vino con algo de acompañar... :)

  10. #10

    Joaquin1965

    en respuesta a Abreunvinito
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    Muchas gracias!! NO, no la ví. Se me paso leer alguno de los últimos comentarios en los que expresamente se decía, ... cachis!! Bueno, para la siguiente, que el AVE me deja en 1,20..

    El congreso?? Ja,ja,ja.. Pues, bueno, estuvo bien (sobre todo, por lo "mojado" por la noche).

    Disfruta el triestrellado, ladrón ;-).

  11. #11

    Joaquin1965

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Muchas gracias Javier!!. Tienes toda la razón.

    Saludos.

  12. #12

    Joaquin1965

    en respuesta a Silan
    Ver mensaje de Silan

    Muchas gracias!!

  13. #13

    Maresme

    en respuesta a Joaquin1965
    Ver mensaje de Joaquin1965

    El Templo del vino sin duda!! el trato con el mismo es exquisito.
    Un par de veces he comido y la verdad,es una cocina buena pero escasa.

    Un abrazo y feliz salida y mucho mejor entrada.

    PD
    Vivo a 60 km y llegarias tu antes en AVE que yo en coche ;-)

  14. #14

    Joaquin1965

    en respuesta a Obiwan Ferran
    Ver mensaje de Obiwan Ferran

    Pero tu me estás buscando el divorcio!! ;-). Que el 19/01 tengo una quedada de viejunos en Madrid!!

    Menos mal que los miércoles tengo clase con mis alumnos y eso me sirve de excusa, que si no....

  15. #15

    Obiwan Ferran

    en respuesta a Joaquin1965
    Ver mensaje de Joaquin1965

    Pues yo ese día precisamente no tengo clase con los míos ;-) A ver si alguien se deja liar.... :-D

  16. #16

    Joaquin1965

    en respuesta a Maresme
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    Sí, la comida es de raciones "moderadas" -no es sitio para "triperos". Por eso yo ya elijo este tipo de sitios para cenas.

    Oye, pues si llego yo antes, razón de más para quedar algún día, no? Ya iremos hablando cuando tenga alguna cuestion profesional mediante por Barça.

    Y otro bien fuerte para tí. Buena salida del año entre burbujas y buenos vinos nos de Dios para el siguiente.

  17. #17

    gavelar

    Ciertamente el sitio es altamente recomendable, y más si te gusta el vino, el único pero que le pondria son las mesas corridas, como que no. S2

  18. #18

    Joaquin1965

    en respuesta a gavelar
    Ver mensaje de gavelar

    En efecto... de ahí lo de "impersonal".

    Un saludo.

  19. #19

    Abreunvinito

    en respuesta a Joaquin1965
    Ver mensaje de Joaquin1965

    Ya te cuento el año que viene
    Feliz año

  20. #20

    EuSaenz

    El mejor local dedicado al vino que conozco, no hay nada igual. Lástima que no haya sucursal en Madrid...

    Saludos,
    Eugenio.

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