Un clásico de los italianos de Barcelona

Sólo había cenado una vez en este restaurante y ya hacía bastantes años, algo difícil de entender por la calidad de su cocina y más siendo un sitio no barato pero en el que la cuenta tampoco se dispara.

Es un italiano muy auténtico, de los que más en Barcelona y probablemente uno de los más frecuentados en el rango de precio medio-alto. La mayoría o la totalidad del personal es autóctono del país transalpino, me imagino que muchos de Nápoles o del Mezzogiorno. La comida es muy auténtica (por ejemplo todos los vinos son de allí, el pan también es especial...) y prima la calidad sobre la comodidad, puesto que las el local es muy bullicioso y las mesas, entre las que se mueve el personal se mueve con agilidad, están muy juntas, de manera que no es el lugar más adecuado para una velada tranquila.

De primero pedimos una ensalada de rúcula con parmesano y pera. Bueno el producto y correcta en cantidad y precio (7.50 eur). También para compartir la famosa Melenzane Parmigiana (13 eur), una buena ración de sabor impecable, deliciosos el tomate, la berenjena, la textura...

De vino tomamos uno de los asequibles de la carta, un Montepulciano de la Toscana (tinto) servido en copas grandes pero de batalla algo caliente (trajeron cubitera sin pedirlo). Un caldo correcto pero sin alardes. Y como no podía ser menos, había que pedir un pizza, puesto que están consideradas de las mejores de la ciudad, lo que es mucho decir. La elección: una Sofia Loren de rúcula, tomates frescos, parmesano y otros quesos. La masa es memorable, cocida en horno de leña pero sin estar casi quemada, con el borde para comérselo sin dejar nada. Ingredientes a la altura... Por 10-13 euros la mayoría es un pecado no probarlas un día. De tamaño respetable, se pueden compartir entre dos si cada comensal pide aparte un entrante para él solo.

Quisimos ser clásicos y de postre no podía ser menos que un tiramisú. Perfectamente presentado en una copa, ración más que suficiente (también ideal para compartir si no se come mucho), cremoso el mascarpone, crujiente la galleta... Un lujo que sí que se paga (6 eur).

El balance: no es un sitio barato y con vino, agua y dos platos por persona te puedes ir a 35/45 eur por persona, pero vale mucho la pena si queréis probar comida italiana de calidad. Y como he dicho antes, no es un sitio cómodo, pero el trato es correcto y hay que valorar mucho más la cocina que el entorno y otras cosas, de manera que no os fijéis mucho en la media de la nota que sale al final.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Kastroboy

    Me ha faltado indicar que obsequian con los típicos palitos para picotear al principio.

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