Buena comida en un buen enclave

Fuimos un domingo de principios de noviembre, un día de esos que tenemos la suerte de disfrutar en Valencia de alta temperatura a pesar de estar en otoño Aprovechando el bonito día que hacía queríamos pasar el día en el Palmar e inmediatamente pensamos en este restaurante de aire moderno y vanguardista.

Destacar que aunque el restaurante está dentro del pueblo, y es difícil aparcar por los vados (como en la mayoría de pueblos españoles) a unos pocos metros hay un gran parking de tierra donde se puede aparcar y acercarte dando un pequeño paseo al restaurante.
Este restaurante combina una parte “tradicional” en base a su localización y el tipo de comida que sirve con un aire moderno y vanguardista que se aprecia en toda la decoración del local. Nos ofrecieron mesa en la terraza o en uno de los comedores, pero como la terraza estaba llena optamos por comer dentro. El comedor en el que nos sentaron no es muy grande, pero las mesas están lo suficientemente separadas para tener intimidad, además tiene en el centro un tragaluz de cristal que representa pienso, el espíritu que quiere transmitir el restaurante pues tiene un aire moderno con gravilla blanca en el suelo y en el centro un árbol del que cuelga una red de pescador (mornell), el elemento tradicional y el utensilio de trabajo en un pueblo de pescadores.
Asimismo las paredes son oscuras y están decoradas con fotos antiguas del pueblo, pescadores cuya única nota de color es el naranja que da un pequeño toque sofisticado a cada una de ellas, en combinación con las luces que crean ambiente.
Nos sentaron en una mesa que estaba en el pasillo pero justo al lado del tragaluz, lo que para mi fue una ubicación muy acertada.

De entrante nos sacaron pan tostado con tomate y ajo aceite casero, buenísimo.

Para picar pedimos:

-Una fritura salmonetes y pescadillas de Cullera. Nos lo había recomendado el propietario y la verdad que resultó ser un acierto. Se notaba que el producto era fresco y de calidad, además de ser una ración agradecida.
-Dos raciones de foei, ya que son individuales.
-Dos sardinas ahumadas, con muchísimo sabor y mucha carne y muy bien presentadas

Para beber llevamos nosotros un champagne de casa, por lo que sólo consumimos un par de cervezas con los entrantes.

De plato principal habíamos encargado un arroz de rojos y carabineros. Nos sacaron el arroz en el caldero; bullendo, recién hecho, como recién salido de la cocina de tu abuela. Nos lo servimos nosotros mismos y pudimos repetir cada uno, dejándonos completamente saciados. El arroz tenía muchísimo sabor, fue una decisión muy acertada.

Obviamente tras semejante comida, ya no podíamos con el postre por lo que únicamente tomamos un par de cafés durante la sobremesa que alargamos a casi una hora, estábamos a gusto ya que el local es muy confortable y ni siquiera nos dimos cuenta que ya no quedaban mesas.

Un sitio muy recomendable para pasar un día en un enclave “tan valenciano” como la albufera, disfrutando de buen producto, magníficos platos y muy buen servicio.

El precio no lo puntúo ya que fui invitada

  1. #1

    JaviValencia

    Siempre que me apetece salir a comer un buen arroz la palabra "Mornell" pasa por mi cabeza. Un lugar en donde se respira tradición y se come y bebe de categoría. El propietario (José) es un fenómeno y hace que te sientas como en casa.

    Enhorabuena por la crónica!!!

    Saludos

  2. #2

    Dacsa

    Simplemente matizar que en el pueblo no hay vados, se puede aparcar donde uno quiera.

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