Estuvimos en este restaurante este verano, un domingo, y fue un desastre.

Estuvimos en este restaurante este verano, un domingo, y fue un desastre. primero, el vino de la casa que pedimos tenía una serie de cositas blancas flotando (luego caímos en que era el moho que se forma en recipientes de vino estáticos durante mucho tiempo). El chico que nos atendió no entendía qué era lo que había sucedidi. En el primer plato, unas habichuelas agrias formaban parte de una ensalada.La brabdada de bacalao estaba correosa y aceitosa más no poder y , por último, mi marido pidió merluza y mi sorpresa fue que al clavarle el tenedor todavía crujía el hielo que en pescado había. Allí estallamos educadamente y el chico se puso rojo a tope, pues un fiasco así es casi imperdonable.Nos invitó a los cafés. Lo siento por ellos pero no volveremos nunca más. El servicio de sala fue pésimo, pues el camarero sólo aparecía para sacar los platos de la cocina a la mesa y
viceversa, imposible pedir más vino o más pan.

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