Sobresaliente

Brilla y destaca este restaurante en el mundo gastronómico madrileño, marcado por cierto clasicismo castizo y por aportaciones externas en sus mejores ofertas. La Terraza resultó excepcional desde el primer al último aspecto, o al menos aquel día lo fue. La cocina es maravillosa, fina delicada, fiel al producto, pero con un afán creativo y diferenciador que la transporta a niveles gastronómicos muy altos , similares al Bulli de 1999. Destaca la archi conocida y no tantas veces degustada tortilla de patatas deconstruida( por cierto no imputable a Ferrán Adriá , como mucha gente cree), la maravillosa croqueta láiquida o el sublime pichón royal o la tarta de zanahoria o el impactante chocolate nitrogeno con su puesta en escena, alucinante a mi entender. Existen algunos contrastes negativos con el pescado que no parecen estar a la altura del resto. La disposición en mesa es sobria y elegante, todo en marco peculiar( opinar según gustos), pero sin duda impactante y distinguido. Un 10 para el servicio, atento, respetuoso, algo vigilante en ocasiones, pero con un deseo nada habitual, curiosamente: adapatarse al cliente e interaccionar con él de tal forma que lleve el placer de los vinos y el gastronómico en general a su máxima expresión, deseable siempre, pero raro rarísimo. En definitiva, un gran restaurante, grande en casi todo y que merce más ( ánimo Fran , merece la pena..). Para finalizar lo de la chaqueta no es cosa suya , sino una obligación del casino. A mi me costó meterla en la maleta, pero una vez allí resultó un aspecto irrelevante.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar