Clásicos asturianos

última parada gastronómica tras 10 días en el norte de la península, hoy tocaba visitar la aclamada Casa Gerardo (1 estrella Michelín) cuyos fogones regenta Marcos Morán, descendiente del fundador de esta casa de comidas allá por finales del S.XIX. 

Local elegante, combinando clasicismo con toques mas modernos, mucha madera oscura y fotos antiguas en la parte baja del local y tonos blancos y buena iluminación en el comedor de la primera planta el el que nos ubican. Nos decidimos por el menú tradiciones (66€). Carta de vinos bastante completa con referencias clásicas y otras no tanto, tanto nacionales como extranjeras. Precios entre X1,5-X2, correctos para un restraurabte de esta categoría. Buen coperío, y mesas perfectamente equipadas con cambio de cubiertos en cada pase. Para beber nos decantamos por un clásico que no defrauda, Viña Ardanza Reserva 2007 (36€). 

-Para empezar dos buenos tipos de pan, de maiz y trigo, buenos, y unos aperitivos que llegan juntos a la mesa: chupito de crema de melón, tartar de salmón sobre hoja de lechuga, bombón de foie, mantequilla de hierbas y palitos de pan. Buenos para ir abriendo boca, el bombón de foie sin demasiado sabor.

-Primer pase: Bocadillo de quesos asturianos, crujiente con queso cremoso explosión de sabor y untuosidad y croquetas de compango, deliciosas y con el sabor concentrado de los tropezezones de la fabada. Buen comienzo.

-Segundo pase: Sardina, pan y tomate. Dos lomos de sardina, brillantes, como dos lascas de aluminio, tiernas con una suave cocción manteniendo todo el sabor, acompañados de pequeños cubos de pan tostado y tomate desecado. Nivel.

-Tercer pase: Cogollo con salsa de merluza, pistachos y aguacate. Cremosidad máxima del conjunto y perfecto el toque tostado del fruto seco.

-Cuarto pase: Merluza en verde. Quizás uno de los mejores lomos de merluza que he comido en mucho tiempo, fresca es poco, el punto de cocción clavado, creo que a base de roner. La salsa que la acompañaba una delicia. 

-Quinto pase: Ravioli de pitu con maiz y salsa de pitu. Ravioli con pollo desmigado, puro sabor, con un fondo de carne muy logrado. 

-Sexto pase: Fabada, con su conpango a parte. La reina de esta casa, que lleva sirviéndola desde hace más de 100 años. Las Faves tiernas, el caldo desgrasado y el embutido de calidad superior. Según los comentarios que oímos horas antes de algún habitante de la zona, la fabada de Casa Gerardo está demasido desgrasada, perdiendo parte de la esencia de lo que este plato deberí ser. A mi me ha parecido espectacular y más después de tantos días comiendo por estos lares. De hecho, la ración me ha parecido quizás un poco grande para un menú degustación aún así no ha sobrado nada. Para nuestra sorpresa el jefe de sala nos ha preguntado si deseábamos repetir, a lo que hemos declinado porque el estómago ya estaba cercano al límite.

Postre: 

-Manzana acida: Lascas de manzana con helado de limón y aire de manzana. Refrescante y desengrasante

-Crema de arroz con leche requemada: la traca final. Una fuente de crema de arroz a compartir, con un azucar quemado que nos ha recordado mucho a nuestra crema catalana.

No hemos tomado cafés pero nos han invitado a sus petit fours.

En la cuenta se ha reflejado los menús degustación, la botella de vino y la de agua mineral, sin ningún cargo añadido, lo cual se agradece, en total 170€ para dos personas. Muy buena experiencia.

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    Abreunvinito

    Templo de peregrinaje obligatorio.
    ¡Que bien se come!
    Saludos

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