Segunda opción

Un local de toda la vida con algunas mesas en la acera pero sobre todo una terraza trasera para el buen tiempo muy interesante y ajardinada; entre medio el comedor interior con una doble sala separada por columnas y a distinta altura dejando la barra y la cocina a la derecha con una fila de pequeñas mesas junto a las columnas; subiendo unos escalones accedes a la otra sala paralela y abierta a la anterior con dos filas de mesas habilitadas para 2-4 personas dando una notable capacidad de comensales en conjunto.

Las mesas son correctas para dos y estrechas para 4, sillas para un ratito y el resto de material de comedor propio de un local de barrio. El servicio es eficiente en general aunque el circuito lo dificulta bastante ya que pasas por la barra a elegir y te sientas donde puedes (se llena completamente a partir de las 10 de la mañana) y te buscan para llevarte el bocadillo y el gasto (bebida, olivas -no hay cacahuetes- y a posteriori los cafés).

Hay un par de mostradores para elegir material y un listado, poco visible a la entrada, con los tamaños y opciones añadidas que no están visibles en la barra; suficiente variedad. El pan es mejorable ya que no aporta ningún aliciente; se trata de media barra de cuarto básica.

Con un doble de cerveza y unas pequeñas y abundantes aceitunas quedo a la espera de la llegada de:

. bocadillo de pota y allioli: dados de pota rebozados ligeramente más alioli industrial individual en sobre. Bien pero como no vi las opciones del listado, hasta el momento de ir a pagar a la barra, me quedé decepcionado.

Para terminar un correcto cremaet. Tenía el local en la lista de espera aunque llegué por estar cerrada (sin previo aviso en la web) mi primera opción en la zona.