Posh

Ubicado en el barrio de Les Corts, en una bonita plaza. Paseábamos por allí y nos atrajo su terraza con estufas. No está lejos de la parada de metro de Les Corts.

Ambiente desenfadado. Sillas de tijera nada cómodas. Servicio algo lento (una pareja se levantó de la mesa de al lado harta de esperar), aunque en nuestro caso no estuvo mal. Camarero simpático. Buen menaje. Servilletas de papel. Copas sencillas. Carta bastante tradicional a base de platillos. Presentaciones algo rústicas. Carta de vinos en remodelación (eso nos dijo el camarero) con precios x1,5 aprox. Servicio consistente en apertura y primer llenado.

Cena ligera para dos:

- Ensaladilla rusa (6,50 €) - Buena. Lo de la gilda encima fue un plus.

- Caracoles guisados (13 €) - Caracoles de bolsa, aunque la salsa me gustó mucho. Me recordó a la de los caracolillos andaluces.

- Bacalao, huevo poché y judías de Santa Pau (16 €) - A mi mujer le gustó mucho.

- Carrillera de ternera confitada (15 €) - Muy sabrosa. Nunca me la habían servido fileteada.

De postre, una torrija regular con un excelente helado de vainilla Sandro Desii (7,50 €).

Completó la cuenta una cestita de pan sin tomate (2 €) y una botella de Recaredo Terrers 2017 (35 €) con su cubitera.

Se agradecería que actualizasen los precios de la carta que tienen en internet, ya que nos pareció muy caro para una cena ligera, unas raciones justitas y un servicio simpático sin más, por mucha terraza de Les Corts que sea.

Para no repetir, al menos si hemos de pagar nosotros.