Menú sencillo, rápido y barato

A una hora bastante tardía (16h) después del trabajo y recomendado por mi pareja, habíamos quedado los dos para comer en este local que forma parte de la conocida franquicia. El espacio es muy pequeño pero bien diseñado y dispone de mucha luz natural. Yo pedí el menú completo (entrante, principal, bebida y postre: 7,95€) y mi novia el simple, que es igual sin entrante y que cuesta sólo 1 euro menos. 

Comentar que ésta es la primera crítica que hago después del confinamiento. El agobio de la mascarilla y cierto temor al contagio hace que disfrute bastante menos de la experiencia de salir a comer/cenar fuera y de hecho desde junio he reducido la frecuencia a eso de la mitad. 

El funcionamiento es como el de cualquier establecimiento fastfood: se pide y paga primero y luego te llaman y lo llevas a la mesa. De entrante escogí unos macarrones al pesto. Aceptables pero algo pasados de cocción. Se puede escoger unos tantos entrantes y otros tantos principales siempre que el precio en el que están a la carta no sobrepase un límite. Como segundo/principal una focaccia que mejoró los macarrones, la verdad es que estaba bien hecha. 

Punto "flojo" el del vino. Si bien se agradece que en un menú tan económico puedas tomar una copa (en este caso) de vino sí tendrían que tener el tinto frío (lo del vaso lo encuentro normal en un local de estas características). Ya sé que por espacio/presupuesto no pueden tener una nevera de vinos pero una o dos botellas de tinto sí que las podrían dejar en un frigorífico estándar. Mi novia, más previsora, escogió la de blanco que sí que estaba fresquita.

De postre tomé un yogur natural (no de supermercado) servido en el mismo tipo de vaso que el vino. Me gustó e incluso se podía añadir mermelada sin sobrecoste. 

En resumen, una buena opción si trabajas o te acercas a la zona para comer rápido, correcto y a un precio de lujo.