Si no fuera por la tarta de zanahoria...

En estas vacaciones he andado por zonas donde la información de restaurantes de Verema escasea, y por ello he terminado tirando de TripAdvisor, con resultados dispares. Este restaurante sería el que peor parado saldría en relación a su posición en esa lista, donde se encuentra en una, en mi humilde opinión, sorprendente primera posición de Peniche.

Local con una decoración sobria en piedra y madera oscura que le confiere un toque clásico. Sillas y mesas del mismo material, manteles individuales de tela y vajilla y copas correctas. En una esquina una barra con un expositor refrigerado que rompe un poco con la estética del lugar.

De los aperitivos que nos ofrecen nos quedamos con el pan y la mantequilla sin pensarlo mucho, lo cual fue un error que nos costó 7,50€. De la carta, de comida bastante tradicional, añadimos como entrante unos porquinhos in a blanket (4,50€), que resultaron ser los típicos rollitos de hojaldre rellenos con una salchicha que en la carta figuraba como fresca, pero era una Frankfurt corriente y moliente, y acompañados por una salsa de mostaza de Dijon y miel. Muy normalito, la verdad.

Como plato principal compartimos una dorada al horno (16€). Buen pescado, resuelto con sencillez y acompañado por una guarnición de patatas asadas, poco que objetar, salvo quizás el tiempo que tardó en llegar.

Finalmente llegamos al postre, lo mejor de la noche con diferencia. Pedimos el Karrot (sic) cake (4€), una tarta de zanahoria jugosa, esponjosa, nada empalagosa y con la cobertura justa. Al felicitar al dueño por el mismo nos dijo que la cocinera era su mujer y que era una de las razones por las que se había casado con ella, y no me extraña.

El vino merece un capítulo aparte, porque es un poco surrealista. Disponen de una carta de vinos no muy amplia, con unas 20 referencias, en su mayoría de Jose Maria da Fonseca, incluyendo alguna por copa, que fue lo que pedimos. Elegí un Montado blanco (2,50€/copa), que cuando me dieron a probar estaba pasado de temperatura. Al indicarlo fueron a por otra botella más fresca, y entonces me di cuenta de lo que ocurría: Los blancos los tienen en una vinoteca, pero a temperatura más propia de tinto, y los tintos los tienen fuera a temperatura ambiente...

El servicio fue amable y atento, y la cuenta final ascendió a 19,75€ por persona. No es un precio elevado, pero lo que comí tampoco cumplió con las expectativas creadas por su alto rango. Encontré otras opciones en Peniche que me parecieron más interesantes.

 

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Joan Thomas

    Pues menos mal que hubo esa deliciosa tarta de zanahoria... Veo que el tratamiento del vino sigue siendo una constante negativa en casi todos los restaurantes que has visitado y eso es una verdadera lástima, muy curioso lo de la vinoteca.
    Saludos

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