Un local de turistas con mesas apretadas, de resina, con mesas en el exterior (las tipicas de pequeña mesita redonda que caben las dos copas y el servilletero) parejas espalda con espalda y que invade una acera abarrotada de turistas y viandantes) pero con vistas a la plaza Venecia.
No es un sitio para comer (nada recomendable), ni para helados que también vende, solo se trata de un sitio donde tienes muchos, variados y buenas opciones de vermuts caseros y de marca, bien servidos y que permiten hacer un alto en la mañana con sabor diferente. Solo para ésto y a pesar del ambiente de turistada, merece la opción para los que disfrutan con el vermut.
Las mesas están de resina forradas con una serigrafia de foto de la propia plaza y el nombre del local (¡olé por el decorador!) y racimos de uvas.
Tomamos vermuts:
. Montenegro muy de alcachofa y amargos
. Lucano de bonito color cobre con un final muy amargo y punt salado. Bien diferente.
. clásico Martini Rosso. Sin sorpresas.
Algo caros, pero la localización se paga.