Cocina deliciosa. Maridaje interesante

Si una cosa tenía muy clara desde que acordamos visitar Málaga y la Costa del Sol este verano era que teníamos que comer o cenar en el restaurante Eboka y conocer por fin al aclamado Antonio Fernández. Siempre he seguido las valoraciones que sobre su persona y sus restaurantes (primero Don vinos y Eboka después) se han vertido en este portal, siempre en clave positiva y, en algún que otro caso, con verdadera devoción y fervor.

Viaje en grupo de amigos a los que les gusta comer bien (¿a quién no?), pero que, como la mayoría de los mortales, no son de los que sitúan el tema de la gastronomía como eje fundamental sobre el que giran todas sus vacaciones. Perfectamente comprensible. Les solicité permiso para reservar en Eboka y me autorizaron a hacerlo. Es más, acordamos que sería allí donde celebraríamos nuestro primer día de vacaciones y el reencuentro entre nosotros ya que no tenemos la suerte de vernos habitualmente. Una vez hecha la reserva nos enteramos que ese día aún estaban en Málaga metidos en la celebración de la feria lo que motivó que llegásemos a la cena después de pasar gran parte de la tarde por la zona de la calle Larios con lo que ello conlleva: cervecitas para aguantar el calor y alguna que otra copa a la que no pudimos resistirnos. Los ánimos no eran los ideales para sentarse a la mesa, pero, una vez allí, quedamos cautivados rápidamente y la cena nos reportó puro placer.

El local está situado en el mismo centro de Málaga. Dispone de terraza en la calle, pero fuimos alojados en el salón interior. Decoración moderna pero alejada del minimalismo y la frialdad que caracterizó las corrientes vanguardistas en el interiorismo de principios de siglo. La sala transmite calidez, relajación, buen rollo. Tras pedir los aperitivos en forma de bebida, nos ofrecen la carta la cual rehuimos pues, tal como nos han aconsejado, lo mejor es dejarse llevar por las propuestas de Antonio. Nos informan que él hoy no está en la casa (consecuencias de una larga e intensa semana de feria, intuimos), “pero no se preocupen ustedes que aquí estoy yo para hacer de Antonio” – nos dice el simpático chico que nos atiende.

Mientras disfrutan de sus cervezas los unos y de una maravillosa manzanilla pasada La Pastora de Bodegas Barbadillo los otros (entre los cuales me incluyo), nos sirven el primer plato:

- Mortadela italiana con aceite de trufa y vinagre balsámico de PX: El plato se cocina en la mesa, si me permite la expresión. La elaboración en sí no es más que añadir unas gotitas de uno y otro sobre las finas lonchas del excelente embutido. No hay más, ni falta que le hace. Precioso el color rosado y el brillo de la mortadela, por cierto.

- Tartar de salchichón de Málaga  con reducción de PX: Se trata de una especie de picadillo con la carne del embutido y un aliño muy suave, con notas dulzonas perfectamente entendibles leído el enunciado del plato. Muy rico, nuevamente, haciendo nuestras delicias y ganando enteros desde el minuto cero. Se maridó con una cerveza artesana: Rulo malagueño, elaborada por Antonio García-Agua con un ligero toque PX como armonía perfecta para el plato.

- Ajo blanco con helado Málaga: Rica, suave y sedosa esa crema-sopa que se sirve conjuntamente con  una bola de helado confeccionado con pasas, turrón y Málaga-virgen. Una verdadera pasada. Ese helado en forma de quenelle constituiría por sí sólo un postre extraordinario, pero se presenta de modo sorprendente en un plato salado y combina a la perfección con el ajo blanco. De igual forma, se consigue una armonía perfecta con el vino sugerido: Ariyanas 2012 Naturalmente Dulce, elaborado por Bodegas Bentomiz a partir de uva moscatel de Alejandría.

- Fideos tostados con mahonesa de coral y langostinos: Sin lugar a dudas, el plato de la noche. Deliciosos y repletos de sabor esos fideítos a modo de fideuà levantina, con un punto de cocción impecable y con la ligazón perfecta de esa mayonesa. Sabor incontestable a marisco del bueno. Lo disfrutamos de lo lindo en compañía de un Cloe rosé, vino Rosado de Ronda 100%  garnacha.

- Rodaballo: Pescado del día magistralmente cocinado sobre una elegante cremita de verduras. Sorprendente en cierto modo el maridaje con un vino tinto, El Castro de Valtuille 2016, vino que siempre me ha gustado y, por cierto, con una excelente RCP.

- Presa ibérica confitada al horno: Comenzábamos a sentirnos llenos y ello no permitió el pleno disfrute de esta parte final de la cena. Y, cuando esto pasa, la memoria gustativa se relaja y los recuerdos no quedan tan marcados. Diré, eso sí, que la carne, como todo lo degustado a lo largo de la velada, salió al punto perfecto de cocción y que, nuevamente, el maridaje fue estupendo con el Oloroso Cuco de Bodegas Barbadillo.

- Algarroba y chocolate rubio: Sin apenas sitio en nuestro estómago tomamos parte del postre que nos sirvieron. Entre los sabores a descubrir tal vez el del chocolate era el más perceptible, aunque vislumbramos unas ligeras notas de toffee motivo por el cual tal vez se nos ofreció maridar el pastel con una cerveza, Candy’s Cofee.

En definitiva, una cocina de producto que se condimenta acertadamente con los elementos justos y con un resultado final suculento y rico en todos y cada uno de los platos. Interesante también ese maridaje con cervezas y vinos poco comunes que armoniza estupendamente con la propuesta que sale de cocina. Y extraordinario el servicio por parte de quien nos atendió que, como él mismo anunció, no nos hizo echar de menos la figura de Antonio, aunque habrá que regresar para poder conocerle personalmente.

  1. #1

    Abreunvinito

    Que grande es Antonio !!!
    Un lugar imprescindible.
    Saludos

  2. #2

    Benavente

    Yo, qué voy a decir... soy un friki de Eboka. Lo reconozco. Imprescindible en Málaga. Ese ajoblanco con Ariyanas... brutal. Para mí son tres presentaciones en una. La primera el ajoblanco sólo, la segunda es mezclándose con el helado y la tercera poniendo dentro un chorrito del Ariyanas. Diferentes los res gustos, fabulosos todos. Y esos fideos tostados... me encantan.
    Hay que ir planificando la próxima. Yo, si no voy tres veces por año, es como si no hubiese ido... jejejeje.

  3. #3

    Joan Thomas

    Pues ya llego lo prometido en mi pantalla, jejeje
    Me lo apunto.
    Saludos

  4. #4

    Antoni_Alicante

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Excelente lugar

  5. #5

    Antoni_Alicante

    en respuesta a Benavente
    Ver mensaje de Benavente

    Tus crónicas fueron claramwnte decisivas a la hora de elegir este sitio. Gracias

  6. #6

    Antoni_Alicante

    en respuesta a Abreunvinito
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    Eboka es grande aun sin Antonio

  7. #7

    Abreunvinito

    en respuesta a Antoni_Alicante
    Ver mensaje de Antoni_Alicante

    Pues en Dom Vinos aún era más chocante su cocina con el localito de bar de barriada periferica de gran ciudad. Aún recuerdo la primera vez que casi me doy sin entrar porque creía haberme equivocado.
    También lo elegí por Verema.
    Saludos

  8. #8

    JoseRuiz

    Por lo que leo, siguen en la cresta de la ola malagueña.

  9. #9

    Fer B.

    Veo que siguen la misma línea que en Dom Vinos. Una visita imprescindible si estás en la zona.

  10. #10

    Antoni_Alicante

    en respuesta a Fer B.
    Ver mensaje de Fer B.

    Una velada genial.

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