La que hicimos en este céntrico restaurante de Vigo, recomendación de un vigués. El local es muy bonito y acogedor en 2 niveles, con paredes de piedra,grandes lámparas de color naranja y mesas muy bien vestidas. Nos pusieron en una redonda al lado del ventanal justo a la entrada, al alado de la barra y de los frigoríficos del vino y producto fresco.
De aperitivo vermú Petroni con unas patatas fritas, bien servido.
Compartimos 3 entrantes: una empanada de chocos con su tinta para chuparse los dedos, la mejor de todo el periplo gallego; unos mejillones en escabeche de elaboración propia, punto picante, para mojar pan como así hicimos con generosidad; un pastel de cabracho con sus tostaditas. Muy rico aunque sobraba el exceso de mayonesa que llevaba.
De segundos 4 pescados: cocochas de merluza al pil pil presentadas en cazuela de barro y plato con 2 rodajas de patata cocida. No las probé pero dijeron estaban riquísimas.
Taco de merluza sobre lecho de patata y con un ligero sofrito de tomate.
Rubio a la plancha igualmente sobre patata y con un sofrito vizcaína (este pescado es lluerna en catalán).
Yo personalmente comí lenguado a la menier, 2 lomos sobre patata con su salsa, una delicia, la de años que no comía yo un plato así...
De postre tarta de queso y un canutillo de crema, buen final.
Producto de muchísima calidad, buen pan gallego de un tipo, menaje del mismo nivel que el resto y servicio profesional y competente.
Carta de vinos correcta sin deslumbrar (no constan añadas y me pareció corta para el nivel de restorán), precios normales y servicio del mismo bueno.
Pasamos un rato excelente y me pareció un lugar para volver.
Con agua, 2 botellas de vino, cafés y los vermús 52€ por cabeza.