Buen restaurante en la Sierra de Tramuntana, chef, servicio y clientes alemanes

Varios años después de la última visita volvemos a visitar este retaurante, esta vez el mes de Junio, así que nos acomodamos en la terraza, en la que se pueden disfrutar de excelentes vistas a la Sierra de Tramuntana: Deià es un pueblo realmente hermoso y las vistas incomparables.

Ofrecen un menú de mediodía (con un primero, segundo y postre a elegir por 37€) y un menú de degustación con 2 opciones: 4 platos por 72€ y 6 platos por 100€, sin bebidas (con la posibilidad de maridar los menúes).
Nosotros nos decantamos por pedir a la carta.
El servicio empezó con una degustación de aceites mallorquines, de los que nos ofrecieron 3: "Es Verger", "Solivellas" y "Aubocassa" y una "amuse bouche" muy buena (que ahora no recuerdo).
Pedimos (3 personas):
de primer plato: una "sopa de pescado mediterránea con costrones de hierbas" (deliciosa)(18€) y dos "Savarin de bogavante con mollejas, espárragos verdes y morillas" (30€ cada uno)(excelente también).
Segundo plato: "Pluma de ibérico con manitas de cerdo y judias finas" (38€, muy buena según me dijeron) y "lubina con hinojo silvestre" (1 lubina, 2 raciones) (y más ingredientes que no recuerdo ahora, y que al ser fuera de carta no puedo copiar). Nos dijeron que esta lubina, que estaba excelente sólo la hacen en una temporada muy concreta. (40€ cada ración).
De postre pedimos (al principio de la comida) 3 tartas tatin de manzana (muy, pero que muy buenas)(18€ cada una).
El servicio se completó con el café y sus "mignardises" (muy buenas también).

En cuanto a los vinos, los precios nos parecieron bastante elevados, llegando a 3x en algunos vinos. Pedimos Aalto 2011, que a 52€ no tenía un multiplicador tan alto (cayeron 2 botellas).
Servicio a temperatura adecuada, con prueba.
De aperitivo pedimos un Kir Royale los 3, por el que nos cobraron 19€ (cada uno). El Kir estaba bueno, pero si hubiéramos sabido el precio de antemano no lo hubiéramos pedido.
La cuenta se completa con el pan (3€ pp), una botella de Font Vella (7€). (Al café invitaron).

En conclusión: se trata de un restaurante con una muy sólida y contrastada calidad gastronómica (cocina con toques internacionales), un muy buen servicio, atento y profesional (la mayoría de ellos alemanes, salvo la (encantadora) copropietaria Leonor Payeras, esposa del cocinero Josef Sauerschell) orientado a una clientela extranjera (sobre todo alemana) y unos precios que han aumentado claramente en el apartado de las bebidas, aunque es cierto que ofrecen un menú de mediodía de precio más contenido, que creo que antes no ofrecían. En una próxima visita me planteo pedir este menú. Mi valoración de la relación calidad-precio se refiere a lo que nosotros tomamos.

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