Cocina solvente

Resulta curioso como uno de los restaurantes más clásicos y de mayor antigüedad de todo Cervera de Pisuerga y alrededores no tiene todavía una reseña. Y eso que yo mismo lo conozco desde siempre y habré estado unas cuantas veces desde que escribo por estos lares. Así es que ya tocaba.
El establecimiento forma parte de un hotel con el mismo nombre y tiene una decoración instalada en los finales de los 70 o principios de los 80 (probablemente de la última vez que se reformó). Es un negocio de corte familiar y aunque paredes, mobiliario e iluminación están pidiendo a gritos una renovación, suele tener muy buena acogida de público durante los meses estivales y los fines de semana especialmente. Hasta tal punto que puede ser dificultoso encontrar una mesa.
Reseñar que no valoraremos el entorno puesto que perjudicaría en exceso la valoración del resto de apartados. Tras reservar previamente por la mañana para cenar en la noche del jueves, nos presentamos a la hora convenida cuatro comensales.

Llama la atención la extensísima carta de platos, donde predominan las preparaciones tradicionales y las del producto de la tierra(carnes de vacuno, caza) y alguna ligera concesión a otras de tipo más modernillo.

Compartimos para tres un Combinado de embutido ibérico: Cortado a máquina. Sin emoción. Aprobado raspado

Pulpo: Preparado de una manera un tanto curiosa. Junto con el cefalópodo a rodajas(de buen punto) iba una crema de patata, con pimentón , sal maldon, pimiento rojo confitado…¡y mahonesa!. Ingredientes que podrían llevar a pensar en el desastre pero que en la boca formaban un conjunto agradable (¿acción de la sinergia?).

Otro de los comensales optó por pedirse una sopa castellana con senderuelas donde la presencia de la seta no era destacable en el conjunto final.

Para el segundo acto la cosa quedó como sigue:
Hamburguesa de ciervo con reducción de PX
Chuleta de ternera de Cervera
Mollejas de lechal

Rodaballo plancha: Es lo que yo comí y aunque no llegué a probar nada de lo demás parecían unas raciones correctas las de los otros platos. Mi necesidad de comer pescado, en una zona de gran predominio de las carnes en la gastronomía, pasó por alto que el rodaballo fuese de piscifactoría. Ayudó a ello el excelente punto de plancha que supieron darle sin pasarlo de cocción.

Carta de vinos con abrumadora mayoría de Riojas y Riberas aunque hay algún pequeño detalle de referencias de otras D.O. e incluso alguna extranjera. Lo bueno en este apartado es encontrar algún “proyecto de viejuno” de Rioja a unos precios muy competitivos y en buen estado de conservación.
En nuestro caso fueron un Monte Real Reserva 1998 y por ser la última botella disponible cambiamos a un Marqués de Cáceres Reserva 2001 con cambios de copas entre ambos vinos y respecto a las originales de la mesa que suelen ser bastante pequeñas y deficientes en nuestra modesta opinión. El precio de los vinos fueron 14€ y 21€ respectivamente.
Para los interesados reseñar que hay disponibilidad de otras referencias que no vienen en la carta y que algunas de las que vienen ya se han agotado.

Para terminar el vino que nos quedaba pedimos un plato de queso a modo de postre.

Cerramos con dos poleos y un café. Es recomendable si se pasa por la zona, aunque nadie se espere altas emociones en la experiencia. Tampoco suele defraudar. Vaya un aviso a la productora de Cuéntame… por si necesita nuevos lugares de rodaje.