Creatividad, conmoción y sabor

Desde mi última visita a Disfrutar, lo más noticiable ha sido su enorme ascenso en la lista 50 Best colocándose en la posición dieciocho a nivel mundial. Bien saben que no suelo utilizar ni ésta ni otras listas como referentes, pero en este caso resulta reseñable por la enorme “niñez” de este restaurante barcelonés. Cuatro años cumplen este Diciembre y la fidelidad ha reinado desde mi primera visita en Abril del 2015 con citas anuales casi innegociables. Oriol, Eduard y Mateu son herederos de la perseverancia, de afrontar preguntas sin una respuesta clara y predefinida, de buscar y encontrar soluciones desde la metodología de la prueba y el error. Lo desconocido no tiene resolución sin esfuerzo. Estamos ante un trío de cocineros que pasan mucho tiempo dentro de Disfrutar, que ven la cocina como un medio para la emoción y la sorpresa manteniendo como base la pulcritud del sabor y la ligereza de sus composiciones.

Disfrutar es uno de los grandes restaurantes de cocina creativa a nivel mundial. El trío orbita alrededor de diferentes productos y nos muestran un conjunto de sus visiones a través de las denominadas secuencias. Como si en esas rotaciones, se detuviesen en diferentes posiciones para trasladar al plato las mejores “perspectivas” de cada producto.

La cocina de Disfrutar es preciosa y precisa. Visualmente atractiva por su diverso y elevado cromatismo. Oriol, Eduard y Mateu son potentes cuando quieren serlo, mostrando una intensidad repleta de sutileza. Siguen llevando por bandera esa visión tecnoemocional de la cocina desde una brutal naturalidad. Conceptualmente lo tienen tan interiorizado que la mayoría de las respuestas a sus preguntas se resuelven con la técnica. Preguntas que surgen de una perpetua inquietud y de un creciente inconformismo proveniente de aquellos que han sido número uno.


Tanto la secuencia de alga códium como de gamba roja, el apionabo negro, el tahinne de almejas, el huevo a la carbonara, el hueso de pollo al ajillo y la tarta de limón son platos de un nivel muy complejo de superar. Las infusiones como potenciadores elegantes del sabor son una vía de trabajo muy a tener en cuenta. Solo nos transmitió alguna duda el queso fresco de jamón de ibérico, puede que la inducción del discurso nos llevara a la montanera salmantina y luego no la encontráramos y ese lomo de liebre reducido en su personalidad por una frescura en demasía proveniente del coco.


La sala es jovial, atenta y de gran profesionalidad. Rubén Pol (sumiller), Toni Boada, Eric y Vicente son cómplices de un ritmo casi endiablado que no permite pausas. Saben detectar a cada tipo de cliente y se muestran más cercanos a medida que avanza el servicio y se reducen las distancias. Una forma actual de afrontar la sala, sin encorsetamientos ni grandilocuencia pero con una eficacia y saber estar que provocan bienestar y sonrisas. Transmiten ilusión por atender.


Hace dos años escribía que estábamos antes uno de los diez mejores restaurantes de nuestro país y que el futuro era realmente suyo. Me equivoqué. Han volado. Dos años después, ya pelean con todo merecimiento en un ranking a nivel mundial que coloca de nuevo a Barcelona como destino gastronómico planetario. Disfrutar va a seguir creciendo. Trabajo y talento se fusionan en el Ensanche barcelonés como en pocos lugares.

Post completo en http://www.complicidadgastronomica.es/2018/12/disfrutar-2018/

Comida: 9,5

Servicio: 9

Entorno: 8,5

RCP: 8,5

 

  1. #1

    Abreunvinito

    Muy de acuerdo; puede que sea el local español que más deprisa crece hacia el estrellato mundial.
    Genial experiencia y excelente comentario.
    Saludos

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