El sábado 27 de diciembre fuimos a cenar a las 21 horas, tras haber reservado, al restaurante Sergi de Meià. Tenia ganas de conocer la cocina de este joven chef que ha creado su propio restaurante no hace mucho tiempo precedido de una larga y brillante carrera profesional. Tras realizar estudios de hostelería en la Escola de Restauració i Hostelatge de Barcelona y en L’Ecole Hôtellière des Pyrénées, ha trabajado, entre otros, en restaurantes tales como "La Torre del Remei" en Puigcerda, en el "Akelarre" de Donostia, en el "Raco d'en Freixa" de Barcelona y como Chef de cocina en el "Reno" de Barcelona, "L'Excellence" de Andorra, y durante los últimos 6 años en el Fastvinic y el Monvinic de Barcelona.
En el 2009 fue considerado el mejor cocinero joven del año por la academia catalana de gastronomía y en el 2013 recibió el premio Km 0-Slow Food.
El restaurante está situado en pleno Eixample barcelonés. cerca del Hospital Clinic. A la entrada, a lo largo de un pasillo que desemboca en el comedor, hay una mesa larga que es el escenario por las mañanas de los "esmorzars de forquilla"( desayunos de tenedor) preparados por la cocinera Adelaida Castells, madre de Sergi de Meià. El comedor, situado en dos niveles, está decorado con gusto, con los muros de ladrillo aparente y con paredes y arcos de color blanco que fusionan bien. La sala no es muy grande, debe tener una capacidad para 30 comensales (sin contar la mesa larga). Las mesas, rústicas de madera, están bien separadas las unas de las otras, bien vestidas con salvamanteles y servilletas de calidad, buena vajilla (procedente de Can Fabes), buenos cubiertos y buenas copas Riedel. El Servicio de sala en el que a veces también participa el Chef, es amable y profesional (tal vez un poco justo de medios, solo una camarera y un sumiller/camarero, para todas las mesas). El servicio del vino fue excelente.
La carta otoño-invierno no es muy amplia, (normal para un restaurante que trabaja con producto de temporada y de proximidad) 6 entrantes, 3 pescados, 3 carnes, 4 postres y los productos del dia.
Como hacemos habitualmente al ir a un restaurante en el que queremos conocer bien su cocina y a priori...estamos predispuestos a volver, nos decantamos por probar el menú degustación, que cambia prácticamente todos los dias, en función del mercado y cuyo contenido no conocimos hasta el momento de la degustación.
Mientras nos tomaban nota, nos ofrecieron un surtido de olivas para ir picando.
Como aperitivos nos trajeron:
Puré de coliflor con pelota de cocido y flor de brocoli presentado en una cuchara. Muy buen inicio.
Croqueta de trinxat Excelente.
Lo platos fueron los siguientes :
Canelón trufado de "carn d'olla" con laminas de trufas melanosporum Ex-ce len-te... y además la bechamel estaba como para no dejar ni una gota.
Huevo poché con surtido de setas de temporada Bueno... pero tal vez lo mas flojo del menú, no me sorprendió.
Bonito sobre un lecho de manzanas, especias y foie-gras un mar y montaña diferente, mezcla de sabores y texturas, muy logrado.
Faisana rellena de foie-gras, trufa melanosporum y trompetas de la muerte Ex-ce-len-ti-si-ma.
El pan, como se podía imaginar ante tales platos, estaba para mojarlo, muy bueno.
De postre, tomamos una elaboración de una receta de la cocina catalana del siglo XVIII Buñuelos de garbanzos con crema catalana Muy logrado, aunque pueda parecer curioso es una muy buena combinación.
Para beber, le pedí al sumiller que me aconsejase un vino que se maridase bien con toda la cena a un precio asequible y me recomendó un tinto crianza de cultivo ecológico y biodinámicoVinya Selva de Mar de Mas Estela DO Empordà a base de garnatxa tinta 50%, syrah 30% y cariñena 20% , vino muy equilibrado, largo en boca y agradable. El sumiller tras abrir la botella, probó el vino, lo decantó, lo dejo reposar unos minutos y nos lo dio a degustar. Excelente servicio del vino.
También tomamos una botella de agua de Boi de 0,5l.
Finalizamos con 3 buenos cafés con mignardises (trufas de chocolate de buena elaboración)
La nota ascendió a 54,40 €/persona (menú 45 €). Buena RCP. Cocina muy bien elaborada con productos locales y ecológicos de alta calidad. Al mediodía preparan un menú corto, entrante, segundo plato, postres, agua, copa de vino y café por 21,50 euros. Tuvimos la ocasión de charlar un momento con el Chef tras la cena y nos pareció una persona muy agradable, sensible, abordable, y un muy buen conocedor de lo que lleva entre manos. Restaurante recomendable para los amantes de la cocina tradicional catalana y de la buena cocina en general. Volveremos.