Lo importante es la comida

Coincido con Rsampere en que no parece un sitio acorde con el precio. Decoración que me pareció sacada de las terceras rebajas de Ikea: paredes blancas tan solo adornadas por unos flexos de dos brazos y respetable tamaño, y una escultura que me pareció hecha con los restos del embalaje del mobiliario. Nada que impida que concentres toda tu atención en la comida. Mesas más bien justas con manteles tipo camino de mesa y demasiado juntas. Sillas más propias de una sala de espera, aunque cómodas. Menaje de calidad y servilletas de tela. Al servicio se le notaba más tenso que a un forero en el dietista. Un mes y medio abiertos, mediados de agosto y tres mesas ocupadas. Carta realmente corta: 6 entrantes, 3 pescados, 3 carnes y 4 postres. Carta de vinos, en comparación, larga y bien surtida, con una media docena de referencias a copas. Buena cristalería. Precios x3 aprox. Servicio consistente en apertura, prueba, primer llenado y algún que otro llenado más si les pillaba cerca de la botella, aposentada en la mesa vecina.

Empezamos la cena con un amuse-bouche de mejillones con pimiento y espuma -yo diría que de su propia cocción- sencillos, sabrosos y refrescantes.

Como entrantes:
- 1/2 ensalada de caballa con encurtidos (6,50€) - Sin el bonnier a mano, ni mi mujer fue capaz de catalogar algunas de las hojas. Por lo demás, buena.
- Ajoblanco con ciruelas (12,50€) - El mejor con diferencia que he probado fuera de Andalucía y de los mejores incluyéndola. Fantástico sabor a almendra cruda ligeramente verde. Por este plato repetiré sin ninguna duda.

Los platos principales fueron:
- 1/2 de anjova (pescado del día) con cebolla violeta y brotes (18,-€) - Nunca habíamos probado este pescado azul y lo cierto es que no está nada mal. Preguntaré a nuestro pescatero.
- Arroz de mar (26,-€) - Excelente. Cuatro gambas de tamaño mediano presentadas con la cabeza, que no dudé en chupar, y la última anilla y la cola, fresquísimas y en su punto adornaban un arroz sabrosísimo. Otro motivo para repetir.

Sólo yo tomé postre:
- Postre de chocolate y turrón (8,-€) - Sopa fría de chocolate con leche -a la que encontré a faltar algo más de dulzor- con helado de lo que me pareció turrón de nata-nueces y unas tejas que aportaban un agradable toque crujiente. Resultón, pero mejoró una barbaridad cuando nos obsequiaron con unos buñuelos de garbanzos calentitos (comentaron algo sobre una receta de 1714 pero me pillaron concentrado en el disfrute del postre...) que, mojados en el chocolate, pusieron un formidable colofón a la cena.

Para beber, un par de aguas de 1/2 l. (2,-€/ud.) y una botella de Biu blanc 2012 (28,-€) dentro de una manga enfriadora.

Raciones correctas. Presentaciones cuidadas. Precios tal vez un tanto excesivos, incluso teniendo en cuenta la calidad de los productos. Aunque tuvimos que esperar algunos minutos entre plato y plato, la sensación general fue muy buena. Espero que acaben de pulir los detalles para próximas visitas, que las habrá. Personalmente, agradecería un cambio en la selección musical: se me cerraban los ojos. Tampoco es que haga falta poner regetón ;-P

El precio corresponde a lo que tomé yo.