De camino al norte del país y haciendo uso de nuestra guía de restaurantes que utilizamos en nuestras rutas de vacaciones (“Comer en Carretera”), decidimos adentrarnos en Guijuelo para hacer un alto en La Barbacoa La Amistad, ya que era uno de los sitios que más recomendaban de toda la comarca.
Curioso el restaurante en cuestión. Tanto el nombre del lugar como el local en si han quedado anclados en los primeros años 80, con un aspecto nada cuidado por dentro. En la entrada una barra en la que tomar algo con un torrezno de tapa como cortesía, y numerosas fotos de las fiestas de la matanza que por allí realizan.
Después de una cañita en barra esperando nuestro turno, una vez dentro nos decantamos por pedir la carta. De primero un poco de Guijuelo al corte para compartir y la verdad es que aun estando bueno, ciertamente lo hemos comido mucho mejor en otros sitios del país (En casa de herrero...), ahora bien los segundos fueron realmente otra cosa.
Pluma ibérica y cruceta a la brasa. En mi caso solo por la cruceta (nosotros lo conocemos como secreto), merece la pena una peregrinación al sitio en cuestión, pues sin ser yo un devoto de la carne de cerdo ibérico a la brasa, y habiendo comido más de una vez este plato, nada hasta el momento le iguala en sabor y aroma. Disfruté cada bocado como si fuese realmente el último.
Solo por eso merece la pena mencionar el lugar, y la verdad es que damos fé del slogan con el que se abandera el restaurante: "El auténtico marisco de pocilga".
Pues no te sabría decir ya que como íbamos de ruta, solo tomé dos cañitas de cerveza y me corté con el tema del vino (ni me fijé en la carta), aunque supongo que sus alternativas tendrán. Efectivamente nosotros también tuvimos nuestros reparos cuando llegamos allí y pensamos que igual nos habíamos equivocado. La mayoría de los comensales se decantaron por el menú y era el típico "menú casero de carretera", pero como comentaba solo por el secreto ibérico a la brasa merece la pena ir. Supongo que la zona obliga a estar a la altura en platos como ese, y hasta la dirección donde se encuentra!: Plaza de la Matanza.
Sds!
Gracias por la información. No lo descarto para la próxima vez. La verdad es que fuera de la capital, que tampoco está como para tirar cohetes, la provincia de Salamanca es un desierto gastronómico, así que cualquier comentario positivo tiene doble valor. Sin ir más lejos en el mismo Guijuelo es hasta difícil poder comer jamón ibérico decente en alguno de sus bares o restaurantes. Un saludo.
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