Si que debe ser uno de los restaurantes de moda en Madrid, estaba a tope.
Propuesta desenfadada, informal y juvenil en la estética, pero mas "madura" en lo gastronómico.
Mesas altas y taburetes, servicio joven, mas serio de lo que imaginaba, nada que destacar.
Nos decantamos por medias raciones para poder probar varias cosas.
- 1/2 de alcachofas frescas crujientes con mayonesa de cebollino y anchoa, lo mas flojo, no lo repetiría, lo mejor el relleno de jamón y la salsa, con esto ya os lo digo todo.
- 1/2 ensalada de puerros asados con romesco y chipirón fresco, el chipirón estaba buenísismo, con una textura como babosa? que aunque suene raro, lo hizo muy especial, quizá el mejor chipirón que he comido.
- 1/2 Setas silvestres, manzana e idiazabal, buen revuelto, nos gustó bastante el plato, setas bien cocinadas y un caldo muy bueno.
- 1/2 de cochinillo, bien cocinado, sabroso, piel bien tostada, bueno, como en Segovia.
- 1/2 de carrillera, tierna y gustosa, bastante bien, en realidad como muchas otras.
Dos mostos y una botella de 500ml de Emilio Moro (14,50€), en buenas copas, servido a temperatura.
Una experiencia agradable, con una propuesta diferente, no estoy seguro si lo incluyo en mis imprescindibles de nuestras visitas a Madrid, ya veremos.
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