Hotel San Glorio y Hostal Bedoya, están uno frente a otro, son de la misma propiedad y comparten recepción, que está en el primero.
Bedoya no alcanza la categoría de hotel por la acusada estrechez de sus pasillos.
Muy como rústico, humilde pero limpio y cuidado y no le falta detalle.
Una buena opción, aunque resulta un poco inquietante que la ventana de a una terraza corrida a la que san el resto de habitaciones, con lo que algún maníaco puede colarse en tu habitación...
Desayunamos en la cafetería una tortilla de esas cántabras (capa de patata, capa de atún con mahonesa, capa de fina tortilla francesa) muy rica.
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