Una porter llegada desde Míchigan.

De color marrón oscura casi negra, con una espuma en tonos beige no muy densa y de media persistencia.
En nariz se aprecian aromas cafeteros, chocolate negro, azúcar quemado y frutos secos.
En boca tiene una entrada potente, con cuerpo, bastante golosa, con un buen balance amargoso y un postgusto muy largo con recuerdos de café negro y chocolate.
Otra buena cerveza negra que poco a poco van subiendo puestos entre mis elaboraciones favoritas.