Vamos con otro de los vinos que abrimos en la cena de Navidad en la Colla la Farigola. Abrimos la botella como una hora antes para que se oxigenase un poquito y procedimos a su valoración a unos 17°C. Tapón correcto, muy compacto.

VISUAL: De color rubí intenso y luminoso de capa media con un ribete ligeramente atejado y brillante. Lágrima abundante, fina y transparente (85).

OLFATIVA: A copa parada asoman notas de compota de ciruela y guindas en licor. Al agitar son aromas balsámicos, de regaliz y especiados de pimienta, vainilla y clavo los que predominan. Al rato encontramos tostados, torrefactos y uvas pasas que dejan paso a terciarios propios de su crianza, lácteos, tabaco habano, cuero viejo, pelo animal y cacao en polvo. Excelente en su complejidad, aromas nítidos y bien definidos con una intensidad media (90).

GUSTATIVA: Ataque suave, acidez media-alta y taninos a medio pulir todavía pero dulcecitos. Amplio y goloso, con notas dulzonas pasificadas. Paso por boca suave y sedoso de gran amabilidad. En retronasal los lácteos son protagonistas así como las notas especiadas. Sensación en el post-gusto de vino equilibrado, bastante redondito ya con sutiles apuntes amaderados de fondo y mostrándose como un vino bien evolucionado. Nos da una persistencia de 2 minutos y 10 segundos. En un gran momento aunque le queda algo más de recorrido sin duda. Todo un clásico riojano (87).

La RCP la considero muy buena, gran vino a unos 8 euros.

MARIDAJE: Me tomé una copita con el tercer platazo que me arreé de un exquisito arroz caldoso de bogavante que hice para 20 personas. Deliciosa combinación pues los intensos sabores del caldoso necesitaban de un vino algo contundente, con esos apuntes especiados y amaderados que tan bien maridaron. Fantástica velada en inmejorable compañía.

Salud-os!!