Color rojo cereza picota de capa media-alta, ribete violáceo, brillante. 

Nariz de buena intensidad, terciarios en primer plano, vainilla, especias dulces, acompañados por fruta del bosque madura, con notas tostadas. 

En boca es fresco, fruta roja y negra madura, vainilla marcada, tanino maduro, cuerpo medio, final especiado con notas suavemente tostadas de persistencia media. 

Este fue otro de los vinos que abrimos en la cena de Navidad del día 22 en nuestra Colla La Farigola. Los dejamos abiertos por espacio de una horita y los servimos a 17°C. Tapón compacto y tintado tan solo en su base. Curiosa presentación con la botella muy oscura y la etiqueta muy minimalista con el n° 409 en dorado. Decir que obtuvo la medalla de oro en el Concurso Mundus Vinis 2018.

VISUAL: De color rojo picota de capa alta con el ribete violáceo. Lágrima abundante, esbelta y transparente (92).

OLFATIVA: A copa parada emanan aromas de fruta roja y negra en compota. Al agitar son las notas especiadas de clavo, pimienta y laurel las que acompañan unos intensos apuntes tostados así como sutiles recuerdos a regaliz, cacao y café torrefacto. De intensidad y complejidad medias (85).

GUSTATIVA: En boca muestra un ataque potente, acidez alta y con los taninos por pulir. Retronasal con recuerdos de ciruelas negras y uvas pasas. Post-gusto carnoso con notas tostadas intensas que nos dan una persistencia de 2 minutos y 15 segundos. Falto de botella hasta que esos taninos bajen el nivel de astringencia. Un vino por hacerse (83).

La RCP la considero floja. 23 euros son muchos euros para este vino.

MARIDAJE: Sacamos todos los vinos a la mesa para compartir mantel con diferentes viandas: Unos rollitos de salmón con huevo duro y unas almejitas de entrantes y de plato fuerte un arroz caldoso de bogavante. Este vino lo tomé con el caldoso de bogavante y la verdad es que su potente acidez y tanicidad armonizó con los intensos sabores marinos de nuestro caldoso.

Salud-os!!