De color rubí granatoso de capa media-alta, extraido, muy oscuro, limpio y sin precipitados. Reflejos rojizos y cobrizos, luminoso. Borde amplio, anaranjado, marcado respecto al menisco. Lágrima tintada. Mantiene una gran estabilidad de color. Clara sensación de estar ante una cosecha reciente; lo que ya venía siendo habitual en las últimas añadas comercializadas por Ramón Bilbao y que las diferenciaba de las antiguas.

Nariz muy especiada, de fuerte intensidad. Tiene un marcado carácter meridional en el que se juntan las hierbas aromáticas (té de roca, fenugreco, salvia), pimienta jamaicana, clavo, laurel molido, con un aporte asilvestrado, casi balsámico, de hiedra, anises estrellados y raíces de regaliz. Todavía está encorsetado por la barrica, que apuntala con fuerza el conjunto. Aún dándole tiempo sigue en sus trece. De fondo emerge un tímido apunte de fruta roja ajada por cueros viejos y flores marchitas.

En boca es de medio cuerpo, vivo, con una acidez sorprendente, aunque el conjunto aún se resiste: algo duro y por pulir. Taninos marcados, presencia de amargosos, tostados finos. Más amplio que largo, bien armado. Un tinto cumplidor al que le va a sentar bien una temporada de guarda. Está claro que es menos "clásico" de lo que solía ser pero sigue siendo un producto digno, con pleno potencial de crecimiento. Ojalá se volviera a elaborar en el futuro.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/09/vina-turzaballa-1999-gran-reserva.html