...En medio del Priorato más auténtico (y mineral) y el otro, donde se busca la sorpresa; la concentración de fruta y otros matices...
Degustado junto al amigo Pingus, este vino de Daphne Glorian pide a gritos una buena decantación.
Después de haber catado hace un tiempo alguna otra añada, no recordaba lo potente que era en nariz. Fragante; alta intensidad. Las primeras copas, nos cuesta beberlo. Aire, por favor...
Picota granatoso oscuro; capa media-alta con un buen brillo y abundante lágrima fina y transparente en la copa.
La nariz, lo expresado anteriormente: barnices (laca de uñas) de manera marcadísima y presente con más o menos intensidad durante todo momento de degustación de este tinto.
Luego, con calma y muchísima paciencia, aparecen la fruta roja en licor, el bombón relleno (Mon Cherry) y más fruta madura.
Creo que mi nota de cata bien sería un "poutpurrí" de impresiones de las anteriores notas de los veremeros que la han catado: coincido con Bilbis (aún pasados 9 meses desde su cata de Laurel) en que en boca está excesivamente alcohólico y salvaje. Y con Jesús, en que mejorará con buen tiempo en botella. Y con Javier...pues coincidiré con la copa Borgoña, jejeje...aunque a este Laurel le quede mucho tiempo para ser grande y un digno hermano pequeño del Erasmus.
No puntúo.