Sugerente color de oro viejo. Aroma de gran complejidad, limpio, con recuerdos de crianza biológica, sobre un fondo finísimo de maderas nobles. Enorme elegancia. A medida que sube la temperatura aparecen más las notas de maderas nobles. En sucesivos días y tomado fresco (14-16 grados) aparecen unas clarísimas notas de helado de turrón. En boca es fresco, con magnífica acidez, dejando un largo postgusto y una sensación de gran profundidad. Te recuerda a las casas señoriales antiguas. A pausado orden y elegante armonía. A copa vacía continúa despidiendo unos magníficos aromas. Al acabar la botella a los 6 días aún ha ganado más complejidad la nariz. En boca se ha integrado más y deja una magnífica persistencia. Acaba creando adicción cuando aprendes a apreciar su estilo. Vino de meditación, extraordinario para tomar por copa suelta antes de cenar o en cualquier momento en que le quieres dar un golpe de emoción y misticismo a tu vida.
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