Lo sigo teniendo pendiente, veo que comisteis y bebisteis bien y que siguen modernizandose...
Un abrazo
Hacia un año que no había estado en el restaurante, en mi anterior visita hubo una novedad, por fin habían instaurado el datafóno para poder efectuar el pago con tarjeta de crédito, en esta ocasión la novedad de este año ha sido la remodelación de la zona de recepción, mucho más amplia, sigue conservando la antigua chimenea y la mesa junto a ella, un gran cristal en el pavimento en uno de los extremos de la zona deja a la vista lo que antiguamente fué el algibe del que se proveían del agua.
En esta ocasión nos ubicaron en la sala intermedia, local casi al completo como casi siempre cuando llegamos a las 13,30. Y que posteriormente se fue llenando, incluso doblando mesas.
Comimos micuit de foie acompañado de compota de higos y mini tostas y pan de coca con escalivada y anchoas y careta de cerdo guisada con setas y ternera también guisada con setas, dos de sus clásicos guisos que son imperecederos en su carta.
No tomamos postre y rematamos con dos café irlandés de perfecta elaboración.
Un cava Pere Ventura brut nature acompañó la comida.
Como siempre el servicio amable, diligente y eficaz a pesar de la cantidad de mesas que atender.
Un clásico de los restaurantes de la Garrotxa al que hay que ir como mínimo una vez al año.
Lo sigo teniendo pendiente, veo que comisteis y bebisteis bien y que siguen modernizandose...
Un abrazo
Cocina clásica catalana sin pretensiones a precios muy ajustados, no esperes "modernidades".
Un abrazo
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