Después de leer muchas valoraciones favorables; decidí visitar este establecimiento,(en mi caso suele ser contraproducente; ya que las expectativas són altisimas, y acaba en decepción).
Però este no fue el caso, me sorprendió muy gratamente.
Són todos platillos lo que incita a un tapeo.
El local por fuera es sobrio, nada lujoso; tiende a engañar al cliente; mi buena impresion fue; cuando entré estaba el restaurante lleno y ademas de clientes aparentemente de la zona; o nacionales,(cuando veo guiris, huyo siempre...).
Me deleité con el embutido de presa y las croquetas. Las bravas originales, no estaban mal. La coca con anxoas riquisima.
Y lo que aun no me entra en la cabeza, es como pude comer gambitas de Palamos; por 6€;(espero que si Pau me llega a leer, me lo aclare). En total degustamos unos 9 platillos.
De postres elegimos unos helados del maestro heladero Angelo Corvitto.
En resumen una gran, gran cena...
P.D.: Me quedé con ganas de charlar con Pau; lo ví por allí; però tampoco me apetecía identificarme....