La visita fué el año pasado en compañía de mi santa. El entorno muy agradable, dentro del recinto del Palacio Real de la Granja. Los aparcamientos hay que desplazarse unos metros y quedar el coche al aire libre.
Era el antiguo palacio de los infantes, bastante remozado, el patio, donde normalmente se desayuna, una verdadera maravilla, dentro del recinto pero que antiguamente se encontraba al aire libre, ahora cubierto por una claraboya.
Desayuno variado y con cierta abundancia y el almuerzo y la cena de lo más típico de los paradores nacionales, todo a un precio por encima de la media.
En general un sitio muy tranquilo y agradable.
P,D. Puntuo el entorno, teniendo en cuenta el Palacio Real de la Granja, que con sus fuentes y jardines es una veradera maravilla.