Caté por primera vez este Oreno (añada 2014) en un avión y me pareció excelente, pese a que un vuelo no es la mejor manera de apreciar un vino. Así que llevaba tiempo detrás de comprobar otra vez y finalmente conseguí este 2012.
A la vista es de capa muy alta, casi opaco, y el color no revela tanta edad como tiene aunque el ribete comienza a evolucionar algo.
En nariz (abierto y servido inmediatamente), intensa, da mucha madera, tostados y fruta negra muy madura. También monte bajo, especias negras y cacaos. Con tiempo la madera pierde algo de notoriedad y aparecen notas florales.
En boca entra potente y cremoso, con tanino en camino de integrarse pero todavía notable. Con buena acidez y persistencia media con un retrogusto ligeramente cálido.
Buen vino, muy disfrutable, pero no es un “súper”.
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