En el camino de Santiago

A orilla de la carretera por la que caminan los peregrinos y rehabilitando el viejo pajar del pueblo, funciona desde hace casi 20 años este restaurante.

El local interior es muy bonito con mucha madera y piedra más una decoración que crea calidez manteniendo elegancia. Las mesas y sillas cómodas tipo castellano, manteles individuales, buenas copas y vajilla. El servicio resultó mejor de lo que se comenta en clásicas páginas gastronómicas, quizás porque éramos de los primeros y aún así el segundo se retrasó un poco más de lo deseable.

En la actualidad, y buscando el consumo de productos de temporada, trabaja con dos menús: el del día y el de degustación (22€) consultables en el consabido código QR por cierto en una bonita presentación. Optamos por el segundo que incluía un buen pan, bebida (copa de vino y tinto de verano) y agua filtrada; para comer:

. primeros: lentejas estofadas con verduritas y curry x 2: de tamaño muy pequeño pero sabrosas sin estar deshechas y sobre las que se ponen verduritas cortadas muy finas y casi al dente dando un buen contraste por la textura. Notables.

. segundos: salmón con nuestra teriyaki y espárragos trigueros: parecía que le sobraba tiempo de plancha pero estaba bien de punto en su interior, jugoso y un par de trigueros de compañía. Notable. La otra opción fue el ragut de ternera Angus: un buen guiso de buena ternera, con suficiente cantidad de carne, me hubiera gustado la salsa algo más reducida y se esperaban unas patatas fritas acompañantes pero resultó una media patata central; quizás si hubiera estado entera mejoraría la estética. La carne notable alto.

. postre: arroz con leche: una versión libre interesante con poco arroz bien de canela y hecha con leche condensada más el helado de leche. Muy bien aunque solo para adictos al dulce. El otro fue para compensar, fruta natural consistente en una bonita presentación de un carpaccio de piña natural en buen punto de maduración que es lo que se exige; se rechazó la opción del helado de limón acompañante.

Como vino trajeron un llamado Protocolo tinto 2023 de la zona de Castilla, pero sin entrar en ninguna DO. Fue servido sin ningún comentario. Rematamos con unos buenos cafés.

En la puerta luce un solete Repsol y tiene fácil aparcamiento.