El Grand Cru rosado de Louis de Sacy saltó a la fama para el gran público hace poco, cuando Robert Parker lo llenaba de puntos poniéndolo incluso por delante del último Cristal Rosé. Vistos los precios, huelga la comparación, pero este Louis es de los grandes.

AL OJO: Rosa piel de cebolla, destellos anaranjados (la copa es antigua), todo muy Art-Nouveau.

EN NARIZ: Catedral profunda, con ese puntito de acidez que distingue el champagne del cava...

BOCA: Potente, algo especiada, con fruta roja pero sin dejar atrás la finura de un buen champagne blanco. Quizá sí resulte algo fuerte para quien prefiera un Blanc de blancs, pero como champagne para comer resulta fabuloso.